WASHINGTON. El descubrimiento se ha llevado a cabo gracias a la tecnología de la NASA y su telescopio Kepler, junto a inteligencia artificial proporcionada en colaboración con el gigante tecnológico Google.
Los responsable han sido los investigadores Christopher Shallue y Andrew Vanderburg, quienes entrenaron a un ordenador con inteligencia artificial para aprender cómo identificar exoplanetas en las lecturas de luz registradas por Kepler a través de un minúsculo cambio en el brillo capturado cuando un planeta pasaba o transitaba frente a una estrella.