EL desarrollo de la gama Ateca depara el nacimiento de una efusiva y esmerada versión FR. Las siglas que identifican esta Fórmula Racing representan un marchamo de considerable deportividad en la gama SEAT, nivel únicamente superado por los Cupra. Eso comporta que el SUV dé a elegir dos motorizaciones diésel y otras dos de gasolina, en ambos casos de 150 y 190 CV. Además de por su solvencia, el FR se distingue de los demás Ateca por medio de una cuidada puesta en escena y de unas nutridas dotaciones. También marca cierta distancia el precio, que, si se acumulan todos los descuentos posibles, comienza justo por debajo de 28.000 euros.
La nueva propuesta constituye un tentador guiño dirigido hacia el público más temperamental. El toque FR no se limita a añadir caballería y equipamiento, sino que perfecciona el rendimiento dinámico del modelo sin sustraer ni una de sus cualidades familiares. En otras palabras, que la nueva variante consigue ganar aplomo, precisión y agilidad preservando, e incluso acentuando, el bienestar de marcha acreditado por sus hermanas.
Esta alternativa con mucho carácter es también una de las más sibaritas del reparto. La definición FR se sitúa en un plano inmediatamente superior a los de los tres acabados (Reference, Style y Xcellence), tanto por su bagaje de tecnología como por las dotaciones que incorpora de fábrica.
Forman parte de ese surtido recursos como el control de crucero adaptativo con protección de peatones, el detector de ángulo muerto con alerta de tráfico posterior, la cámara de visión 360º, el asistente de aparcamiento automático, el portón del maletero con apertura automática manos libres, los faros Full LED y el sistema de conectividad Full Link, que incluye navegador en una pantalla táctil a color de 8 pulgadas, reconocimiento de voz y sistema de sonido. Los más exigentes tienen la oportunidad de enriquecer ese generoso contenido con complementos opcionales como el Control de Chasis Adaptativo (permite personalizar algunos de los parámetros que gestionan la respuesta dinámica del coche) o el Conectivity Box para la carga inalámbrica del Smartphone.
Detectar la naturaleza razonablemente deportiva de este Ateca requiere prestar a atención a algunos de sus rasgos. Se reconoce exteriormente por la presencia del logo FR en la parrilla frontal, de diseño específico y en color negro brillante; bajo ella aparece un exclusivo paragolpes coloreado en el mismo tono que el coche. Las siglas de la ‘Fórmula Racing’ presiden también el portón posterior. Vista de perfil, esta versión se distingue por las barras del techo en negro, por los pasos de rueda pintados con el color de la carrocería y por las llantas específicas de aleación de 18 pulgadas. Al acceder a bordo de la interpretación más vehemente del Ateca llaman la atención en los umbrales unos estribos de aluminio con las dos letras alusivas, los pedales en idéntico material, el volante deportivo multifunción forrado en cuero y rematado con costuras rojas, así como los asientos anatómicos tipo ‘bucket’ revestidos en piel sintética Alcántara negra.