madrid - Es un trabajo que se puede ver en el portal de internet Mitele.es y que se estrenará muy pronto en el canal temático de Mediaset Be Mad. Narra la historia de Hala, una joven adolescente siria en su viaje hacia Alemania. La historia de los refugiados no le ha sido nunca ajena a Julieta Cherep, la conoce desde niña por boca de sus abuelos y de su madre, Mirta Drago, directora de comunicación de Mediaset; ellos abandonaron Chile en 1973 con el golpe de Estado de Pinochet. En el documental Mirta Drago cuenta lo que supuso a los quince años dejar su vida anterior de lado. Esa es la edad que tiene Hala y que ha visto como su mundo se derrumba en el horror de la guerra.

¿Cómo surgió la idea de hacer el documental ‘La niña bonita’?

-Mi madre, Mirta Drago, entró en la junta directiva de ACNUR y a la gente les llamaba la atención que a ella le hubiera ido bien en la vida, que tuviera una carrera exitosa habiendo sido una refugiada que abandonó su país (Chile) con 15 años. Ella tuvo la idea de hacer un pequeño vídeo para internet y poder contar la vida de una niña en un campo de refugiados.

Ese pequeño vídeo se ha convertido en un documental.

-Cuando ella me contó la idea, pensé que podría dar mucho más de sí, que se podía hacer un documental. Creí que podíamos hacer un paralelismo entre dos historias, la de mi madre y la de Hala, la niña siria que protagoniza esta historia.

¿Encontró similitudes entre la historia de Hala y la de su madre?

-Como dice mi madre, su historia al lado de la de Hala es una pequeña tragedia. Mi madre fue de un país de habla hispana a otro país de habla hispana, las condiciones de mi madre no fueron tan malas como las de Hala en el campo de refugiados.

Las dos abandonan una vida a los quince años.

-Exacto. Las dos tuvieron que dejar su casa, su vida, sus paisajes y las dos sintieron miedo. Sintieron el miedo de no saber qué va a venir después. Lo que las une es la parte emocional, es ese no saber cómo va a ser tu vida cuando has abandonado un mundo al que pertenecías desde que naciste.

Estuvo en los campamentos de refugiados en Grecia. ¿Cómo es la situación?

-Evidentemente, trágica. Están viviendo en tiendas de campaña, no tienen privacidad, tienen que compartir todos los espacios. La madre que aparece en el documental dice que lo único que les separa del exterior es tan solo una cremallera.

¿Un horror?

-Sí, por supuesto. Pero es un horror que los que habitan esos campos de refugiados llevan con muchísima dignidad. No son gentes que se hagan las víctimas, ni que transmitan miserias ni dramatismos. Es gente que tiene una gran fortaleza y muchas ganas de salir adelante.

¿Cuál puede ser el futuro de la gente como Hala, la protagonista de ‘La niña bonita’?

-Ese futuro depende de todos nosotros, quizá más de los gobernantes de los países. Hala está ahora en Alemania con su padre y su futuro puede ser brillante. Creo que Hala puede salir adelante como lo hizo mi madre.

Dejar todo atrás y vivir en un campo de refugiados con dignidad parece difícil.

-Yo me lo pregunté cuando llegué allí, creo que lo que les mantiene con tanta fuerza son las ganas de salir adelante, la fuerza que los mantiene vivos es pensar que todo lo malo de ahora va a cambiar en el futuro, que van a poder volver a empezar.

¿Cómo influye en usted la historia de su madre?

-La he escuchado desde que era muy pequeña. Me emociona ver en el documental a mi madre contando su historia de exilio. A mí me llega muchísimo, quizá si esta historia de exilio no la hubiera vivido mi madre, habría sido diferente el documental.

¿Un toque de atención a los gobiernos?

-La niña bonita habla de emociones, de vida, hemos dejado la política a un lado; lo que queremos es que la historia de Hala llegue a la mayor parte de gente posible y que abra el corazón a todas las personas que tienen que abrir las fronteras. Lo que está pasando es muy triste. España y Europa tendrían que tener memoria histórica y recordar que un día les acogieron en otros países.

¿Cómo es Hala?

-Es impresionante, es una chica que tiene una energía, una vitalidad y una inteligencia que te atrapa. Es una chica que se come el mundo.

Usted está dentro del mundo de la televisión pero en los formatos de entretenimiento, ¿no?

-Sí, he estado en programas como Un príncipe para Corina, ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, he hecho un poco de todo. He sido subdirectora de El jefe infiltrado, Pesadilla en la cocina, Adán y Eva?

‘La niña bonita’ parece un punto de inflexión en su carrera en televisión.

-Había codirigido un documental con Maxi González, él ha sido subdirector de La niña bonita, Muñecas bravas. Habla de una casa, la única en el mundo que acoge a mujeres de la tercera edad que han sido prostitutas.

¿Qué le gusta más, el entretenimiento televisivo o los documentales?

-Me encanta mi trabajo, me gusta lo que hago, hace más de diez años que trabajo en televisión. Hacer un documental tiene otra dimensión, es poder decidir qué historia contar, con quién las vas a contar y cómo contarlo. Es un lujo y es lo que más me gusta hacer.

¿Qué tiene entre manos ahora?

-Después de todos estos meses de trabajo, lo que ahora quiero es que La niña bonita llegue lo más lejos posible, que la gente lo vea, poder ayudar a los refugiados. En paralelo trabajo en una productora y estamos preparando un programa nuevo para Cuatro.

¿Cómo ve el mundo de la televisión?

-No soy objetiva, a mí me encanta. Me parece que hay de todo como en todas las profesiones. Pienso que vive una situación genial porque hay un montón de productoras, de canales y de opciones para elegir.

¿Cree que la televisión recibe críticas injustificadas?

-Absolutamente. Soy una fiel defensoras de la televisión, del entretenimiento y me parece que es muy fácil criticar este medio.

¿Qué dice cuando se utiliza el término telebasura?

-No creo que exista la telebasura. Creo que hay programas a los que se les califica de telebasura y que los ve mucha gente; si lo ve la gente deja de ser telebasura.

¿Qué ve usted en televisión?

-Veo de todo. Soy una gran consumidora de televisión, lo veo absolutamente todo; desde Gran hermano a Sálvame hasta los documentales, las series? Todo.