vitoria- No oculta su alegría por el premio. Su programa en ETB-2, La noche de?, lo presenta desde hace más de 21 años y nunca ha faltado a su cita de los martes, es culpable de que varias generaciones tengan un vicio muy sano, ir al cine. Es un conversador nato, con mucho sentido del humor y uno de los profesionales del periodismo que más sabe de cine, música, teatro y literatura. Dice que ha visto la película 2001: una aventura en el espacio más de treinta veces, aunque reconoce que el 80% del cine que ve no es bueno.
Premio Iris, ¿muchos galardones?
-Ja, ja, ja? Nunca hay demasiados premios ni reconocimientos. Al fin y al cabo, el ego de cada uno tiende a infinito; en consecuencia, uno cree que se los merece. Pero la realidad te dice que un premio no es otra cosa que estar en el lugar oportuno y en el momento preciso.
¿No relativiza demasiado?
-Estás en ese lugar, sale tu nombre, alguien te defiende y al final te dan el premio, pero es puramente circunstancial; a lo mejor al día siguiente o al cabo de una semana hubiera sido otro el premiado. Relativizando el tema, ¡vivan los premios!
Así que se siente halagado y su ego un poco más satisfecho.
-Sí, sí. Todos los que salimos en la tele, aunque digamos que no, tenemos un pelín de ego?
No me lo imaginaba en usted.
-Quizá no tengamos un ego descomunal, sabemos lo que significa la televisión, pero esa la vanidad en el ser humano es inherente; así que, que te den un premio gusta, gusta?
Este premio dice que es usted el mejor presentador de todas las televisiones autonómicas, al menos hasta el año que viene.
-No lo sé. No conozco más que a dos o tres presentadores de televisiones autonómicas, no sé por qué estaba yo en esa lista? Al final, decide un jurado, y si lo ha decidido un jurado, será que tienen razón. Ja, ja, ja?
Dejemos las filosofías sobre los egos. Lo que sí se merece es el premio a uno de los programas más longevos de la televisión en general.
-21 años, creo que estamos ya para entrar en el libro guinness de los récords.
Y sin faltar un solo martes del año a la cita con los espectadores.
-No me dirás que no somos de récord.
¿No coge vacaciones?
-Esa es una vieja costumbre, llevo 21 años sin tomármelas, y uno acaba acostumbrándose. Si vacaciones es sinónimo de viaje, entonces sí, me quedo sin vacaciones; en la radio me cojo lo que me corresponde y soy de terraza y libro, con esto me arreglo.
Usted es un hombre de cine?
-Ja, ja, ja? Eso me gusta.
¿Cuántas películas ha visto que no le habría gustado verlas nunca?
-Aproximadamente, el 80% de las que he visto. En líneas generales, abundan más las películas malas que las buenas. A pesar de que hay cosas que no vas a ver nunca, haces una selección, siempre hay algunas que te sorprenden. La ley de Sturgeon dice que el 90% de todo es basura, como yo hago una selección previa, considero que el 80% de las películas a las que he ido no se merecían mi presencia, pero el otro 20% ha sido estupendo.
¿Con qué ojos mira las películas, con el del crítico o con el del espectador? Da la sensación que el ojo del crítico no es para gozar de nada.
-Ahí estás totalmente equivocada. Veo las películas con el ojo crítico. Me he entrenado, he habituado a mi ojo a que sea crítico; veo las películas analizando, no solo el guión y las interpretaciones; lo analizo todo, las imágenes, los encuadres? No lo hago porque sea un superdotado, es mi costumbre y te aseguro que disfruto como el espectador que ve la historia sin más.
¿No se pierde nada de la película con tanto análisis?
-Tienes la sensación a veces que algo se te ha escapado; no pasa nada, vuelves a verlas y disfrutas otra vez más.
¿Cuál es la película que más veces ha visto?
-2001: una odisea en el espacio. Pero hace 40 años que no la he vuelto a ver. Entre el 68, que se estrenó, y el 75, la vi treinta veces, eso como mínimo, de ahí para arriba. Fui el día del estreno y dije: No he entendido nada. Volví al día siguiente, al cabo de unas semanas, volví de nuevo y así continué durante cierto tiempo.
Dígame, ¿era alguna especie de penitencia?
-No, porque cada vez que la veo, veo cosas nuevas. Las buenas películas son las que te dejan con la sensación de que tienes que darle más vueltas, porque tienes que pensar en lo que te han mostrado, porque no has tenido tiempo en fijarte en todas los detalles o, simplemente, has tenido un arrebato en cierto momento y no has continuado fijándote.
Resumiendo, una buena película para usted es aquella que tiene que volver a verla, ¿no?
-Sí, exacto. Desgraciadamente, no son muchas las que veo más de una vez, hay cien mil que con que las veas una vez ya basta.
Dicen que le salieron ronchones en la piel después de ver una de las películas de la saga de ‘Torrente’
-No exageres. Eso fue una especie de apuesta con los del equipo de La noche de? Era el 15 aniversario del programa y dijeron: Si llegamos a los 15.000 seguidores en Facebook, tú te vas a ver a Torrente. Los espectadores como van a hacer daño, se propusieron llegar a los 15.000, y llegaron. Me tuve que ir a ver Torrente 4 y aguanté estoicamente.
¿Un sufrimiento?
-No, tampoco. No soy un tipo que se desespera cuando ve películas malas, las acepto con resignación y digo: A este no vuelvo a verle nunca más.
Así que no va a volver a tener una cita con Santiago Segura.
-Sí, me parece un director muy mediocre; si fuera una película de entretenimiento?, yo valoro las películas de entretenimiento, pero si están medianamente bien hechas. Un ejemplo, sería Airbag, es entretenimiento, un poco descabellado, pero Bajo Ulloa hizo una labor de dirección bastante aceptable y si no me reía con los chistes, estaba pendiente de cómo estaba hecha.
¿No se ríe con los chistes?
-A veces no, soy un tipo muy serio. Ja, ja, ja?