madrid - Eduardo Aldán (Portugalete, 1973) está encantado porque uno de sus proyectos más longevos, Espinete no existe, se convierte en programa de televisión y se emite a partir de hoy en La 1 de TVE. Primero fue libro, durante once años un espectáculo teatral y ahora salta a la pequeña pantalla para llevar al espectador a una espiral de recuerdos y zambullirlo en el género de la nostalgia. Mago, actor, presentador y productor, el portugalujo está orgulloso de su trayectoria y de haberse rebelado contra aquella frase con la que le machacaban de niño: “Tienes muchos pájaros en la cabeza”.

Nos quiere matar a disgustos. ¿Cómo que ‘Espinete no existe’?

-El programa trata de recuperar esos recuerdos infantiles que todos tenemos casi olvidados y a los que queremos volver, de eso va el programa. Claro que existe, existe en el recuerdo.

¿Sólo quería provocar?

-Exacto, hacer saltar esos recuerdos dormidos y que tú me digas quién y cómo era Espinete.

Un erizo rosa enorme.

-Exacto, era gigante, pero era como un niño, igual que nosotros y empatizábamos mucho con él. Espinete eran tardes de pan con chocolate delante de la televisión a la vuelta del cole.

¿Nostalgia en estado puro?

-Por el programa no solo va a desfilar Espinete, van a desfilar muchos iconos que están en la memoria: juguetes, programas, música, imágenes del archivo de TVE que es magnífico? Los invitados del programa nos llevarán de la mano a través de sus propios recuerdos.

¿No tiene pesadillas con ese erizo rosa? Lleva más de once años con él

-Ha ocupado doce años de mi vida; primero el libro y después el teatro. Pero sólo es una excusa para hablar del universo de la nostalgia.

Ha convertido la nostalgia en un género.

-Sí, es algo que me inventé, pero la nostalgia en mi caso va unida a hacer comedia con el espectáculo. Hacemos humor con los recuerdos. Los colocamos delante y no son iguales a los que veíamos entonces, algo falla. Puede ser peor o mejor, pero no es igual. Es muy divertido jugar con los recuerdos.

Usted comenzó como mago?

-Sí, y gané 7.000 pesetas de la época en mi primer trabajo remunerado. Hice magia durante años, fueron mis orígenes y no la he olvidado, sigo leyendo y creo que lo que aprendí con la magia lo aplico a todo lo demás.

Magia Borrás, supongo.

-Por supuesto, como muchos niños tuve mi juego de Magia Borrás y aún lo conservo. Aprendí mucho con él, me fascinaba.

¿Hizo magia para estar en ‘Un, dos, tres?’, un programa que adoraba?

-Yo creo que sí. Tuve esa suerte. Estar a las órdenes de Chicho (Ibáñez Serrador) fue mágico. Él ha sido uno de los grandes a nivel internacional; ha inventado muchas cosas de la televisión, todos le debemos un tributo. Trabajar con él fue un sueño cumplido.

También cumplió el sueño de estar en ‘Caiga quien caiga’.

-Y que lo digas. Fue muy chulo porque cuando veía ese programa estaba en otra etapa en mi vida, no era el niño que veía Un, dos, tres? Caiga quien caiga era el programa más cool del momento, todo el mundo quería estar y de repente?

Le llaman para estar en la mesa del programa.

-Sí, yo veía a Wyoming y un día me encuentro sentado en la mesa del programa con Manel Fuentes y Arturo Valls. Me encantaba cómo iba vestido.

¿Se sentía guapo de hombre de negro?

-El traje y las gafas me encantaban, me sentía muy bien. Para mí fue el mejor escaparate, llegue a muchas personas y me colé en muchas casas.

¿Por qué le dio por la magia?

-Siempre ha sido vocacional, por eso pedí a los Reyes Magos que me trajeran un juego de magia.

Eso lo pidieron muchos niños y no creo que fuera por vocación.

-Es diferente, si tú tienes vocación ese juego te fascina. Si no la tienes, no deja de ser un juego más. Yo quería ver qué había detrás de esos trucos, qué escondían todos esos aparatos. Yo aún recuerdo los juegos.

¿Cree que sacar palomas y conejos de una chistera sigue convenciendo?

-La magia ha dado un vuelco y me gusta mucho todo lo que se hace, me gusta la de antes y me gusta la de ahora. Veo a los magos de ahora que hacen cosas vanguardistas y muy interesantes, pero tengo que decir que la esencia de la magia es la misma.

¿Qué es la magia?

-La capacidad de sorprender, que alguien diga que eso no es posible, que no es verdad. La magia es lo que te emociona, ver que lo que no es posible se hace realidad. Por eso me he dedicado a esto.

¿No le advirtieron en el colegio que lo del espectáculo no era serio y que así no sería un hombre de provecho?

-Sí, me decían que no tenía salida, que estudiara algo con futuro, me lo decían desde pequeñito. Había una frase que me daba mucha rabia y me la decían mucho: “Tú tienes muchos pájaros en la cabeza?”

Pero esa frase la hemos escuchado a modo acusación casi todos.

-A mí no me gustaba nada. Esa frase me marcó y me alegro porque gracias a esos pájaros en la cabeza iba a poder volar. Eso es lo que hago ahora. Me aferro a lo que siempre quería y no escucho a la gente que quiere aplastar los sueños. Soy muy feliz y me rebelo con los que me han querido agarrar para hacerme poner los pies en el suelo.

¿Da dinero lo que ha hecho y lo que hace?

-El show business es espectáculo y negocio. Siempre me he arriesgado, todo lo que he producido lo he hecho con mi dinero; si me equivoco, me equivoco yo solo. Además me gusta controlar hasta el último detalle. Hasta ahora he arriesgado y he ganado.

¿Qué le queda de portugalujo?

-Todo mi pasado y todo lo que soy. Allí me he criado, allí me he forjado. Sigo yendo todas las navidades, es como una religión.

Es como el turrón, vuelve a casa por Navidad.

-Quedo con mis amigos de siempre, estoy con mi familia, voy de casa en casa? Hago lo mismo que todo el mundo pero en el lugar en el que nací, Portugalete.

Como mago, dígame el número que va a tocar en la lotería de Navidad.

-Lo tienes claro, es que yo he comprado esta semana. Ja, ja, ja?