Bruno Stagnaro, director de la serie argentina El Eternauta, que encabeza las listas de Netflix en decenas de países y mantiene intacta la idea de la novela gráfica homónima de un “héroe colectivo”, expresa en una entrevista con EFE que siempre estará “contra el individualismo”. Stagnaro afirma que “la idea del héroe colectivo es algo que está impregnado en El Eternauta desde siempre y siento que es una idea universal y que trasciende una época específica”.

La icónica novela gráfica argentina en la que se basa la serie, creada por Héctor Germán Oesterheld en 1957 e ilustrada por Francisco Solano López, marcó un hito en la ciencia ficción en español y fue traducida en seis idiomas. La historia narra una capital argentina azotada por una nevada tóxica que aniquila a gran parte de la población, tras lo cual los sobrevivientes descubren que enfrentan una invasión extraterrestre y solo podrán mantenerse vivos si luchan juntos.

La realización de la serie, describe, llevó en total siete años e implicó más de 150 días de rodaje, tecnología de escaneo 3D y producción virtual para recrear los escenarios apocalípticos. “Lo que más me llamó la atención es que a los dos días del estreno empecé a ver análisis de la serie de países de culturas completamente diversas que intentaban explicar los aspectos más complejos de la trama, los que tienen que ver con Argentina”, reconoce el cineasta, que explica la lógica detrás de la inclusión de decenas de referencias a la cultura de su país.

“En lugar de intentar lograr una universalidad en el relato a partir de esconder los vestigios de nuestra cultura, irradiarlos. Tratar de arribar a esa universalidad proyectando la localidad”, comenta, y subraya además que siempre le pareció interesante “la idea de construir una mitología heroica argentina”.

Desafíos

Consultado sobre el trabajo de adaptación al audiovisual de una novela gráfica escrita hace casi 70 años, Stagnaro reconoce que enfrentó numerosos desafíos. Uno de ellos fue el género, ya que se trató de su primera experiencia en la ciencia ficción. Tal vez la decisión más importante que tomó fue la de traer la historia al tiempo presente: “Sentí que era lo lógico para que la obra siguiera generando el efecto que generó en el momento”. 

Otra determinación clave fue que Ricardo Darín, de 68 años, interpretara a Juan Salvo, el protagonista de la historia, que en la versión original es un hombre joven. “Me parecía que nos estábamos metiendo en un quilombo con un protagonista que estuviera cerca de los 60 años, por la destreza física que necesitaba”, confiesa.

Stagnaro vincula también la edad del protagonista con una de las frases más icónicas del guion, “lo viejo funciona”, algo que en la serie se manifiesta a través de coches y dispositivos electrónicos antiguos, los únicos que funcionan tras la apocalíptica nevada tóxica. “Lo viejo funciona también a escala humana, y es una respuesta a una cultura que tiende a descartarlo”, enfatiza.

No hay forma de saber si a Oesterheld –secuestrado y desaparecido por la dictadura militar– le hubiera gustado su adaptación. Pero a su nieto Martín le gustó y ya con eso, dice, le alcanza.