han pasado cinco años y medio, seis temporadas de radio, desde que Estibaliz Ortiz asumiera la dirección de Onda Vasca en su etapa actual. El puesto no le era ajeno (lo había desempeñado en Radio Euskadi), pero el reto fue infinitamente más intenso. No es tiempo de balances, porque en la emisora el balance se hace casi a diario, pero sí para que una de las pocas responsables de un medio de comunicación en Euskadi, nos cuente cómo han sido estos meses desde aquel 14 de septiembre de 2009. Ella establece dos vidas paralelas, que se cruzan en el camino: la personal y la profesional.
Le gusta, cuando puede y queda con alguien, tomarse una coca-cola zero (no es de café), en la Alhóndiga: “Lo normal es que salga de trabajar y vaya a casa, a veces el tiempo no te da para más. Lo mío a diario es la familia y Onda Vasca”. Recuerda todo el recorrido de la emisora desde los primeros pasos, cuando hablaba de una casa por amueblar pero llena de ilusiones. Hoy, la casa va bien, aunque siempre se pueden hacer reformas, la ilusión es la misma y el esfuerzo del equipo de la radio da para emitir 24 horas, siete días a la semana.
“Seis temporadas, yo mido así el tiempo. Mis hijas van a hacer siete años, tenían uno cuando empezamos en la radio. Hay vidas paralelas entre la radio y la familia”. La aventura de Onda Vasca “me ha hecho aprender mucho, aunque llevara mucho tiempo en otra empresa, la estructura de esta radio te hace llevar las cosas a muchos extremos en los que antes no habías estado. Al ser muy paralelas mi vida profesional y la personal he ido aprendiendo en ambas a la par. Lo mismo que he ido aprendiendo en los últimos siete años en el día a día con mis hijas; ser madre te pone en unas circunstancias por las que nunca te imaginas que vas a pasar; en el modelo de radio que hacemos ocurre lo mismo”.
dificultades Madre por partida doble y de golpe: “Onda Vasca también fue de golpe, nunca había pensado que fuera así; no soy una persona que me agobie, las cosas van viniendo y se van solucionando. Una parte muy importante de la confianza que está depositada en ti es para que soluciones las dificultades, para emprender nuevos caminos y para tomar decisiones”. En este recorrido por la Alhóndiga y alrededores, Estibaliz Ortiz comenta que han sido muchos años de ponerse en situaciones diferentes y situaciones que se presentaban a la vez.
La directora de Onda Vasca sigue manteniendo la misma ilusión que el primer día que se enfrentó a la responsabilidad de presentar: “En la radio tienes que equilibrar realidades personales que afectan al equipo y que son muy diferentes. En estos años, me ha llevado grandes sorpresas y grandes decepciones”, Estibaliz recalca que ella se queda con las grandes y buenas sorpresas, las decepciones las olvida enseguida. No es nada rencorosa y añade que como no se suele guardar las cosas dentro y dice lo que piensa, no necesita tener archivados los momentos negativos: “Yo soluciono las cosas al momento, una úlcera por no decir algo, no creo que vaya a tener nunca”.
Alhóndiga Bilbao forma parte de ese universo que órbita alrededor de Estibaliz Ortiz desde hace seis años. El día de su inauguración estuvo Onda Vasca presente, ha pasado tardes lluviosas con sus hijas dentro, ha acudido a la mediateca y sigue siendo un centro muy próximo, además de por la cercanía que hay con la emisora y con su casa: “Siento que la Alhóndiga ha crecido conmigo a lo largo de estos años, con la emisora y con mis hijas también”, comenta mientras apura su coca-cola, mirando el reloj.
Al principio de este encuentro en la cafetería de la Alhóndiga, Estibaliz establecía paralelismos entre su vida familiar y profesional. Con todos los matices del mundo, dice que se coge antes el truco a sus hijas que a la radio. “Una emisora es diferente cada día. Siempre comentas con los compañeros, ¿qué es lo que va a pasar hoy? Nunca estás segura de cómo va a ir todo. Pero es lo bonito de este trabajo. Saber lo que va a suceder todos los días y que todo esté muy controlado no va mucho con mi carácter. Esto no quiere decir que no estemos organizados, pero si algo te atrae de esta profesión es no saber nunca lo que va a ocurrir”.
Le gustan las sorpresas y que se presenten situaciones diferentes en las que “vayas creciendo en lo profesional y en lo personal”. Es una enamorada de la radio como oyente, nunca se duerme sin escucharla. Dice riéndose que incluso cuando ha viajado al extranjero se pone la radio “aunque hablen en un idioma diferente; me acuesto con la radio y me levanto con ella, en casa somos muy de radio”, resume la directora de Onda Vasca.
Reconoce que la televisión no le resulta tan atractiva y la ve poco; la radio y la prensa de papel son sus elementos de información, reflexión y entretenimiento. “La radio es la inmediatez, va todo más rápido pero me gusta, y en los periódicos te puedes parar a leer más detalladamente los temas y, sobre todo, las reflexiones y las opiniones”.
Le gusta pasear por Bilbao y ver sus comercios, pero dice que tiene poco tiempo para ir de compras: “Me queda poco margen entre la familia y la emisora”, aunque le gusta también hacerlo por Internet, sin abusar; dice que para disfrutar comprando “lo mejor son las tiendas, pero apenas tengo tiempo para ir. Además, con el tiempo acabas poniendo cada cosa en su sitio y compras cuando es necesario”.
Pasiones compartidas Estibaliz Ortiz disfruta mucho de la familia, incluso a sus dos hijas, Miren Andone y Arrieta, les gusta acompañarla a la radio cuando tiene que ir un fin de semana: “Hay una anécdota muy bonita: en Navidades vinieron mis hijas y unas amigas a la emisora y una de ellas me dijo: Esti, ¿te puedo hacer una pregunta? Le dije que sí y me volvió a hacer una pregunta: ¿Puedo celebrar aquí mi cumpleaños? Me hizo mucha ilusión la ocurrencia, me emocionó”, comenta sin poder esconder una sonrisa.
Siempre le ha gustado viajar, pero ahora los desplazamientos son en familia. Dos niñas gemelas de casi siete años marcan la pauta y el ritmo de vida de Estibaliz Ortiz y su marido. “Pero yo estoy encantada con este nueve ritmo, he aprendido mucho con ellas, me encanta estar a su lado y descubrir cómo van creciendo. Supongo que a nosotros nos pasa como a todos los padres. Hay cosas que antes hacías y ahora no. Haces otras muchas que ni pensabas”, comenta mientras apura su coca-cola. El reloj va marcando el final de la conversación, de vez en cuando mira de reojo al móvil, herramienta de la que no prescinde en ningún momento: “Voy pegada al móvil siempre, puedo dejar el bolso, pero el móvil siempre lo tengo cerca. En mi trabajo me es imprescindible”. Habla con la vista puesta en alguno de los mensajes que han sonado mientras desayunamos.
Está al otro lado del micrófono, pero reconoce que le gusta cogerlo, la radio es una parte importantísima de su vida desde que acabó la carrera de Periodismo. Ahora le toca organizar, solucionar problemas y coordinar con el equipo de Onda Vasca los programas que están en marcha.
Aunque es marzo, Estibaliz tiene ya un ojo puesto en la próxima temporada, la que empiece en septiembre y la séptima para ella como directora. Este mes, el de abril y mayo son de máxima intensidad: la cita electoral de las municipales está encima, la precampaña presiona mucho y en dos suspiros llega la campaña. No se la ve preocupada por la carga de trabajo que se avecina. “Es lo que hay”, dice, y asume que empezará en otoño con la vista puesta en otra convocatoria: las elecciones generales.
El tiempo se acaba y, aunque durante el fin de semana ha hecho bueno, el día de la cita con Estibaliz Ortiz llovía a cántaros. Ella tampoco se queja demasiado del tiempo, del cielo encapotado, plomizo, del agua, del frío: “Estamos en invierno, ¿no? Estamos deseando el buen tiempo, pero para algunos el calor tampoco es bueno. En invierno, frío y lluvia. Bueno, quizá no tanta agua”, se corrige en última instancia.