MADRID. Mientras en medio mundo observaban el eclipse total de Luna, en las salas de control de la NASA sus trabajadores se concentraban en asegurarse de que el Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO) podía sobrevivir al periodo de sombra sobre el satélite.
LRO utiliza paneles solares para que sus baterías obtengan energía, así que el eclipse impidió que el satélite captara luz para su carga durante "dos órbitas completas a la Luna", según ha explicado uno de los encargados de la misión, Noah Petro.
Así, durante todo el fenómeno celeste, la NASA ha estado apagando instrumentos y controlando la nave cada cierto tiempo como precaución para evitar que sufra algún daño en su funcionamiento. "*Quién apagó el calor y la luz?", publicaba el equipo de LRO en el twitter de la misión.
Finalmente, la estrategia funcionó y el aparato ha vuelto a su rutina. "Dulce luz del sol. Mis baterías se están cargando de nuevo antes de hacer otro viaje a la cara oculta lunar", escribían en la red social.