EN el fondo, lo que cuenta en un coche es la forma. La entidad y el precio son esenciales, estamos de acuerdo; pero, al final, entre todos los coches económicamente accesibles acabamos eligiendo el que mejor entra por los ojos. Kia es consciente de que el diseño constituye un valor añadido decisivo y, en consecuencia, lo aplica a sus productos con generosidad. Tanta que se ha convertido en una de las señas de identidad de este joven pretendiente -la filial hispana celebra este año su décimo aniversario-, en un factor que lo distingue de sus rivales. El particular estilo de Kia establece diferencias incluso con su primo Hyundai, con un muestrario paralelo y parámetros de calidad semejantes pero con algunos gramos más de sobriedad.

Esa combinación de imagen y contenido, acompasada a un lúcido desarrollo de gama, ha permitido a Kia escalar posiciones en tan poco tiempo. La casa surcoreana ha pasado de ser una marca marginal de bajo coste a tutearse con los generalistas europeos por méritos propios. Hoy su red de concesionarios va capeando la crisis y consigue, según datos de la propia firma, una rentabilidad media del 1,3% sobre la facturación. Los directivos de la casa vaticinan que las ventas van a progresar este año el 16%, para cerrar el balance cerca de las 25.000 unidades. Ese optimismo les lleva a fijarse un objetivo de 40.000 matriculaciones para 2018.

A la consecución de esos propósitos ha de contribuir un repertorio cada vez más nutrido: en julio llega la nueva generación del musculoso Soul, en 2015 aparecerán dos nuevos modelos y a partir de 2016 verán la luz seis más. Entre tanto, Kia mantiene su pulso acelerado refrescando la imagen de varios de los productos contemporáneos.

El más significativo de ellos es el Sportage. Su buena sintonía con los gustos del gran público, unida al auge de los crossover ligeros, hace de este modelo uno de los cimientos de la gama. Sus entregas crecieron el año pasado un 9%, consolidándolo en tercera posición de la categoría (acapara un 8,4% del mercado). La entrega lanzada a final de 2010 renueva ahora su fisonomía. Dicha intervención afecta únicamente al envoltorio y a la decoración interior, respetando la estructura y la talla conocidas. El todocamino con talante ciudadano repone parrilla, adopta grupos ópticos delanteros y traseros con LED y nuevas llantas. Además, estrena una configuración de salpicadero y combinaciones de materiales distintas. También se reconoce por la presencia en el techo de una antena tipo alera de tiburón.

Su repertorio continúa proponiendo cuatro mecánicas (gasolina 1.6 de 135 CV, CRDi 1.6 de 117 y 2.0 de 136 y 184), tracción delantera e integral y tres niveles de acabado. Puede montar recursos avanzados como un sistema de estacionamiento autónomo, dirección de tacto adaptable y una instrumentación con dos pantallas. El Sportage está a la venta entre 15.200 y 34.000 euros (precios con Pive).