Síguenos en redes sociales:

Pasacalles con encanto

El cambio de generación confiere empaque y glamour al C1. El pequeño utilitario, que pierde peso y adquiere consistencia, oferta un tercer formato con techo practicable

Pasacalles con encanto

BILBAO - La ola renovadora que alcanza a la gama Citroën depara una nueva edición del C1. El utilitario ciudadano francés transforma por completo su imagen, gana consistencia y revisa su reparto mecánico. A partir suma a las carrocerías de tres y de cinco accesos una tercera variante convertible denominada Airscape; sustituye el techo por una capota textil practicable, sistema eléctrico semejante al que emplea el DS3.

El C1 es la interpretación por parte de Citroën de un proyecto a tres bandas en el que también intervienen Peugeot y Toyota. La marca de los galones conserva la denominación, mientras que la del león avanza de 107 a 108. La metamorfosis es semejante en ambos.

La nueva fisonomía prefiere un frontal más elegante y expresivo, así como una retaguardia tradicional, sin el controvertido portón de fibra anterior. El cambio de hechura respeta más o menos las proporciones conocidas: añade tres centímetros a su eslora (mide 3,46 m.), pierde uno de manga (1,62 m.) y otro de alzada (1,45 m.). El constructor asegura que esta entrega es más sólida y robusta, pese a haber reducido su peso a 840 kilos.

Este automóvil callejero de cuatro plazas brinda ahora 196 litros de maletero, volumen ampliable a 750 si se renuncia a las plazas posteriores. Ofrecerá dos pequeñas mecánicas de tres cilindros gasolina. Comienza proponiendo un 1.0 e-VTi Airdream de 68 CV, provisto de sistema Stop&Start y vinculado a cajas manual o pilotada de cinco velocidades. Quienes deseen combinar recorridos urbanos y desplazamientos por carretera tendrán la oportunidad de decantarse por la motorización superior, la 1.2 VTi PureTech de 82 CV. Citroën declara para ella un gasto medio ideal de 4,3 litros y unas emisiones de CO2 de 99 g/km.