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El señor de la tierra media

Nissan convierte el Murano en la alternativa competente y distinguida a los populares crossover Juke y Qashqai El selecto SUV, que parte de 48.700 euros, aprovecha un eficiente dCi de 190 CV

El señor de la tierra media

BILBAO. El Murano es un genuino crossover empeñado en preservar su condición mestiza, esa que le permite mezclarse con las berlinas de postín con la misma naturalidad con la que se echa al monte. El aristócrata de Nissan resiste así los dictados de una moda obcecada en desterrar a la ciudad vehículos concebidos para alternar campo y asfalto. Camino de convertirse en un clásico para entendidos, el Murano se mantiene en plena forma gracias a un programa de constantes mejoras. Una de las más recientes permite disfrutar al majestuoso modelo de un poderoso y eficiente motor diésel con 190 CV. Hay un Murano a partir de 48.700 euros.

Este producto contracorriente es uno de los pocos miembros del club de campo que sigue haciendo honor a su condición. En un segmento cada vez más descafeinado, en el que proliferan los disfraces pero decaen mucho las facultades, el Murano sigue dando satisfacciones a quienes buscan un noble bruto en el sentido pleno.

Este marqués de la calzada se convierte en incansable corredor de fincas a nada que su propietario demuestre voluntad y decisión de abandonar el pavimento. No pretende suplantar a esos 4x4 puros, de reacciones radicales y hábitos espartanos, capaces de trepar abruptos repechos. Es un auténtico SUV, un multiusos al que su distinguido porte y su exquisita puesta en escena no impiden desenvolverse con inusitada soltura por veredas más o menos irregulares. Todo ello lo convierte en candidato idóneo para personas exigentes, también algo refractarias a las modas, a quienes sus actividades profesionales o de ocio les llevan a frecuentar parajes naturales por urbanizar.

A tal fin equipa el sistema All Mode 4x4-i, dispositivo de los considerados inteligentes que reparte la energía del motor entre las cuatro ruedas según las necesidades de cada momento para garantizar el avance. En condiciones normales remite casi todo el par a las delanteras. Si los sensores electrónicos del vehículo detectan pérdidas de adherencia el sistema altera ese reparto y llega a enviar hasta el 50% del par a las ruedas traseras. Por encima de 80 km/h actúa de manera predictiva y utiliza los datos de los sensores de movimiento para anticiparse a cualquier amago de deslizamiento antes de que se produzca. Un botón en la consola permite al usuario bloquear esa distribución de par (50/50) con el fin de salvar dificultades puntuales.

El protagonismo del Murano dentro de la gama Nissan se ha visto mermado por el auge de Qashqai y Juke, las otras dos propuestas crossover menos ambiciosas. Resignado a un rol complementario, el hermano mayor sigue desempeñando su misión con elegancia y competencia. El catálogo de esta propuesta con vocación Premium contempla dos solventes motorizaciones, una minoritaria de gasolina y otra más solicitada de ciclo diésel. Solo uno de cada diez clientes se decanta por el suave y solvente propulsor de gasolina, unidad de seis cilindros acoplados en V y 3,5 litros que suministra 256 CV de potencia y 334 Nm de par. La mayoría opta por un actualizado dCi de dos litros y medio con 190 caballos de rendimiento.

El Murano recibe unas dotaciones generosas, acordes a su precio y posición social. Ofrece llantas de aleación de 20 pulgadas, portón trasero eléctrico, cámaras traseras y laterales, sistema de navegación Nissan Connect Premium con pantalla táctil de 7 pulgadas, disco duro HDD de 9,3 Gb para el almacenamiento de música, conexión para iPod, Aux y Bluetooth, sistema de sonido BOSE con 11 altavoces (además de la opción del sistema trasero de entretenimiento en DVD), pintura auto-reparadora, cristales traseros tintados, faros bi-xenón, control de crucero, asientos traseros con plegado eléctrico, etcétera...