MADRID. Así se desprende de las conclusiones de la investigación que publica en su último número la revista 'British Journal of Sports Medicine', que trataba de analizar en qué medida la vida sedentaria puede afectar a la fertilidad.
Para ello, sometieron a una encuesta a 189 estudiantes de entre 18 y 22 años para preguntarles por sus hábitos de vida más comunes, como el ejercicio que realizaban, su dieta, el consumo de tabaco, los niveles de estrés y las horas que le dedicaban a ver la televisión.
De este modo, descubrieron que quienes más veían la televisión tenían un número de espermatozoides un 44 por ciento menor en comparación con quienes realizaban al menos 15 horas de actividad física a la semana, que registraron un incremento del 73 por ciento.
Según ha explicado a la BBC Audrey Gaskin, autora del estudio, por "actividad física" se entiende "cualquier actividad moderada a intensa que genere sudor".
"Tenemos muy poco conocimiento sobre cómo el estilo de vida puede impactar en la calidad del semen y la fertilidad masculina en general", señaló Gaskin, que no obstante reconoce que el estudio evidencia que "al menos hay dos factores potencialmente modificables que verdaderamente tienen un impacto en el esperma".
Existen varias hipótesis que podrían explicar este fenómeno. Una de ellas puede ser la temperatura que puede alcanzar el escroto tras unas prolongadas sesiones de televisión. "Pero no todo el mundo comparte esta teoría", aclara la especialista, que reconoce que "también hay quienes piensan que la vida sedentaria incrementa el estrés".
Los investigadores revisaron si la grasa corporal influía en la cantidad de esperma y descubrieron que no hay mucha diferencia entre un hombre obeso y uno delgado. Si los dos pasan el mismo tiempo al frente del televisor, la calidad del semen disminuye en ambos casos.
Por ello, aclara Gaskin, "se trata de estar en forma, y hay gente con sobrepeso que lo está y hombres delgados que no".