Reconoce este especialista que en el inicio de la crisis sanitaria fue hasta lógico que la gente echara mano de los pedidos a domicilio, por la comodidad de no tener que hacer colas en las tiendas, "pero ya no hay excusas para no ir a hacer la compra de productos saludables, como tampoco para no volver a hacer ejercicio; estamos en condiciones de hacer ambas cosas", dice. Porque si hay más obesidad y de formas más graves, al tiempo que no recuperamos la rutina nos encontraremos con un cóctel, que no será muy halagüeño, aunque según Maset siempre se puede revertir.

Sobre la necesidad de vacunar a las personas obesas frente al coronavirus reconoce que los numerosos estudios realizados, tanto en España como en EE.UU., indican que las personas obesas tienen casi el doble de riesgo de contagiarse por Covid-19 que alguien con un peso normal. Y cuando ya se han infectado tienen también el doble de posibilidades de requerir hospitalización. "Esto puede deberse a que esas personas suelen tener más problemas cardiovasculares o respiratorios, pero parece que en ellas el virus es más grave por un tipo de proteínas que tienen y porque la obesidad en sí es una enfermedad inflamatoria que responde peor a los tratamientos", explica.

Según los estudios, el riesgo de que los pacientes con obesidad contagiados por Covid ingresen en la UCI y precisen de ventilación mecánica se incrementa en un 75%. "La recomendación de la Sociedad Española de Endocrinología es que a los pacientes con un índice de masa corporal (IMC) superior a 35 kilos por metro cuadrado se les tiene que considerar como grupo de riesgo para la vacunación. Hay trabajos publicados que dicen que la vacunación en este grupo de población podría ser menos eficaz que en los pacientes sin obesidad".

En su opinión, los médicos cada vez están más sensibilizados sobre los riesgos que conlleva la obesidad. "Sin embargo, a esos kilos de más que van ganando los pacientes se les sigue restando importancia. Tal vez a nivel individual no pasa nada, pero a escala comunitaria, y ya que nos hallamos en una pandemia, sí supone mayor riesgo".

"Tenemos que insistir no solo en que estos pacientes sean más precavidos para no infectarse del virus, sino también en que las personas que han cogido kilos durante la pandemia, empiecen a bajarlos. Se calcula que solo entre abril y mayo del año pasado la mitad de la población española ganó entre uno y tres. Ahora nos toca perder esos kilos de más", dice.

Este experto se refiere a la proliferación que se está produciendo del efecto halo, consistente en que "en una familia donde hay una persona obesa que ha ganado peso, por contagio otros miembros que se hallaban en normopeso dejen de estarlo".

Balance energético

La obesidad y el sobrepeso son cuestiones de balance energético. Si se come más de lo que se gasta, se engorda, luego si la meta es adelgazar hay que ingresar menos calorías de las que se gastan. Para lograr este balance a demanda, los factores a tener en cuenta son la genética, la ingesta de alimentos y el ejercicio físico. Como el primer factor es casi inalterable, o difícilmente alterable, "para lograr un balance energético equilibrado debemos jugar con la dieta y la actividad", recalca Maset.

Trabajar en casa, unido a la ansiedad y al propio confinamiento provoca, entre otras derivadas, un mayor número de visitas al frigorífico y al bote de las galletas. Podría añadirse que también el estar más tiempo en casa ha aumentado la petición de comidas preparadas que no suelen ser precisamente las más saludables, y sí las más energéticas y cargadas de sal.

"Hay que recuperar la lista de la compra, volver a hacer el menú semanal con una dieta variada, regresar al supermercado y a las tiendas de proximidad a comprar carne, pescado, verduras... Debemos involucrarnos de nuevo en elaborar la ingesta diaria y volver a realizar las cinco comidas al día, para saciarnos y evitar el picoteo", añade el médico de Cinfa.

Insiste también en la necesidad recuperar las rutinas anteriores a la pandemia, entre ellas salir de casa a caminar o hacer un poco de ejercicio, a socializar, a andar en bici o correr. "Al principio nos costaba mucho quedarnos en casa; estábamos todos histéricos, pero ahora hay una parte destacable de la población a la que no le cuesta nada quedarse en casa con su tablet, viendo una película o leyendo un libro. Sin embargo, es aconsejable que poco a poco recuperemos las actividades abandonadas durante estos meses", concluye.

Esa fatiga pandémica que nos sigue manteniendo en casa y más cerca del picoteo, "que suele ser una forma de calmar la ansiedad por la situación financiera y de salud", hay que conseguir vencerla o atenuarla. "No debemos aparcar las costumbres saludables prepandémicas, entre ellas la de socializar", remarca.

Porque con las precauciones debidas, tal y como sostiene Maset, podemos llevar una vida casi normalizada. "No es obligatorio sentarse en una terraza a tomarnos una cerveza para salir y hablar con las amistades; se puede dar un paseo y charlar con ellas. No podemos seguir como si nos hubieran puesto a todos un botón de pausa y estuviéramos esperando a que nos vacunaran para levantar el dedo y volver a la vida normal, porque ya podemos hacerla", insiste.

El especialista se refiere a los beneficios que proporciona hacer ejercicio. "Mientras estamos en ello no solo perdemos peso, sino que producimos sustancias que hacen que se eleve nuestro estado de ánimo, y si además estamos con gente, durante ese tiempo no pensaremos en problemas. Esto consigue que cuando volvemos a casa veamos el mundo de otra manera. Por eso, insisto en que hay que recuperar los hábitos saludables".

En cifras

Durante los primeros meses de la pandemia, la población engordó de media entre 1 y 3 kilos.

6 de cada 10 personas en el Estado español tiene exceso de peso, según la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO).

Alrededor de un 20-25% de la población sufre obesidad, y un 30-35% sobrepeso.

El 75% de las personas obesas que se contagian por Covid tienen más riesgo ingresar en UCIs y de necesitar respiración asistida.

Plataforma para Alcanzar Soluciones a la Obesidad

La Sociedad Española de Obesidad (SEEDO-SEO) ha lanzado la Plataforma para Alcanzar Soluciones a la Obesidad (PASO) o Demos el PASO, con la finalidad de dar visibilidad a la obesidad y ayudar a generar un cambio de percepción en la sociedad sobre esta patología. Se pretende lograr que la obesidad deje de ser una dolencia infravalorada y que las personas que la sufren sean correctamente evaluadas, diagnosticadas, aconsejadas y tratadas. La obesidad, dicen, continúa siendo una enfermedad maltratada por muchos profesionales sanitarios, que con frecuencia despreciamos y escapamos de ella. "Además, la sociedad tiende a culpabilizar a estos pacientes de su dolencia", reconoce Albert Lecube, vicepresidente de la entidad, al tiempo que apunta cómo hasta hace unos años "la investigación les dejaba de lado, ya que no existían fármacos mínimamente seguros y eficaces". "A la persona con obesidad no se las discrimina por tener una enfermedad", dice, "sino por cómo esta se manifiesta: es una enfermedad difícil de esconder, y por ello se halla sujeta al ojo crítico de la sociedad". Además, añade, "se culpabiliza a la persona por el hecho de padecer obesidad, cuando frente al resto de enfermedades se expresa una visión más paternalista". www.demoselpaso.com