Signos que nos alertan:

1. Encías enrojecidas inflamadas o sensibles.

2. Hay sangrado al cepillarse y al usar el hilo dental.

3. Sensación de "dientes más largos". Las encías se retraen y se ve parte de la raíz.

4. Aparición de espacio entre los dientes.

5. Cambios en la forma de morder.

6. Movilidad dental.

7. Mal sabor de boca, mal aliento persistente.

El sangrado de la encía durante el cepillado NO es algo normal, indica enfermedad

periodental activa (gingivitis o periodontitis). Reducir la frecuencia del cepillado o no hacerlo es un error que además agrava el problema.

¿Cómo podemos prevenir la enfermedad periodental?

1. Con una minuciosa higiene oral diaria en la que, además del cepillado habitual, incorporaremos el uso del cepillo interdental que nos limpiará entre los dientes. Es importante elegir bien el tamaño de este cepillo. Su dentista y su higienista le ayudarán a elegirlo y a utilizarlo correctamente.

2. Uso de enguajes con colutorios, antisépticos, geles, etc.

3. Cambiar el cepillo dental cada dos meses.

4. Visitar a su dentista cada 6 meses. Es importante que acuda a su dentista o periodoncista si sus encías sangran cuando se cepilla. Cuanto antes se diagnostique y se trate, mejor.

¿Qué es la enfermedad periodental?

Es una enfermedad infecciosa que afecta a los tejidos que envuelven y sujetan los dientes. Las enfermedades de las encías son con diferencia, las patologías inflamatorias más habituales.

Es la principal causante de las pérdidas dentarias en los adultos. Siendo un proceso muy común, es muy desconocido. Avanza lentamente y no produce dolor hasta las etapas más avanzadas.

¿Cómo se produce?

Ya sabemos que la placa bacteriana (película fina, transparente con bacterias que se adhiere a dientes y encía) hay que eliminarla diariamente, sino lo hacemos correctamente se va acumulando entre la encía y el diente y las bacterias que contiene van produciendo una inflamación de la encía que, con el tiempo, hace que esta se despegue del diente originando un espacio, bolsa periodontal, donde continúan acumulándose las bacterias, restos de comida€ Haciendo que la infección avance hasta afectar al resto de tejidos, ligamento periodontal y finalmente al hueso, destruyéndolo y

provocando la movilidad y la perdida de las piezas dentales.

La elevada presencia de bacterias en la boca puede provocar que estas pasen a la circulación sanguínea causando trastornos en la salud general.

La enfermedad periodontal agrupa la inflamación de las encías: gingivitis y la periodontitis.

Gingivitis = Inflamación superficial de la encía. Es reversible. Sangrado como principal signo de alerta.

Tratamiento: limpieza realizada por el dentista o higienista para eliminar la acumulación de placa bacteriana por encima y por debajo del borde de la encía. Además de un correcto cepillado y uso del hilo dental. Si no se trata avanza hacia periodontitis.

Periodontitis = Pérdida de hueso. Infección profunda de la encía y del resto de los tejidos que sujetan el diente incuso al hueso. Es Irreversible. Puede provocar la pérdida dentaria. Repercute en la salud general: aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, descompensación de la diabetes, parto prematuro.

Tratamiento: eliminación de la placa bacteriana de las bolsas periodontales mediante el raspado alisado de las raíces dentales. Antibióticos si fuera necesario y cirugías en los casos avanzados en los que haya que regenerar el hueso.

Es muy importante hacer un seguimiento. Establecer un plan de visitas personalizado para comprobar la evolución de los resultados, recordar las instrucciones de higiene oral y eliminar la placa bacteriana si fuese necesario. Estas visitas serán cada 4-6 meses.

La clave para que el tratamiento sea un éxito, será una buena colaboración entre el

paciente y el dentista.

Una adecuada salud bucodental, es esencial para mantener una buena salud general.