El emérito está disfrutando de unos días en compañía de su familia en Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos), donde Juan Carlos se trasladó en agosto de 2020 tras abandonar España.

En concreto, Juan Carlos ha estado acompañado en Abu Dabi por sus hijas, la Infanta Elena y la Infanta Cristina, así como la mayor parte de sus nietos.

El emérito anunció a principios del mes de marzo que optaba finalmente por permanecer en Emiratos Árabes Unidos (EAU), aunque trasladó al Rey Felipe VI su voluntad de viajar con frecuencia al Estado para visitar a familiares y amigos ahora que la Fiscalía General del Estado ha cerrado las investigaciones abiertas en su contra.

Así se lo hizo saber a su hijo en una misiva, fechada el 5 de marzo, tres días después de que la Fiscalía hiciera pública su decisión ya esperada, y que Zarzuela ha hecho pública por expreso deseo suyo para que los ciudadanos pudieran conocer su decisión.

ESPECULACIONES RESPECTO AL FUTURO DEL EMÉRITO

Después de meses de especulaciones sobre cuándo y dónde se instalaría el que fuera Rey durante casi cuatro décadas a su regreso, Juan Carlos decidió que lo mejor para él, y por añadidura para su hijo, es permanecer en Abu Dhabi, donde tiene ahora su residencia, aunque no cierra la puerta a un retorno definitivo.

Felipe VI, por su parte, "respeta y comprende la voluntad" manifestada por su padre en la misiva, según precisió Casa Real en su comunicado, dando así por buena la decisión tomada por el emérito.

En estos más de dos años, Felipe VI se ha referido en contadas ocasiones a la situación de su padre, a cuya posible herencia ya renunció en marzo de 2020 tras saltar a la luz su relación con la Fundación Lucum y con la Fundación Zagatka y antes de que la Fiscalía abriera la primera investigación en su contra en junio de ese año.

En total, finalmente serían tres las diligencias abiertas, ahora archivadas, por el supuesto cobro de comisiones por el emérito por la concesión del AVE a La Meca a empresas estatales, por el uso por parte de Juan Carlos y otros familiares de tarjetas 'black' sufragadas por un empresario mexicano y por la existencia de una cuenta con 10 millones de euros a su nombre en la isla de Jersey, un paraíso fiscal.