Eslava Galán tiene un punto de cinismo en las entrevistas, nada raro teniendo en cuenta que habitualmente escribe para escépticos de la Historia. En esta ocasión invita al lector a dar un paseo por el nazismo a través de su último libro, 912 páginas para revisar el horror de una de las épocas más terribles del siglo XX. El escritor jienense intenta buscar respuestas a enigmas que están en la mente de muchos y a preguntas que siempre andan por ahí. Por ejemplo: ¿cómo un país como Alemania fue seducido por un personaje como Hitler? Le gusta la reflexión y también la sinceridad. Con él se puede hablar de política, de políticos, de educación y de cultura. También del emérito, aunque es hábil y habla de él sin nombrarle. ¿Era Franco brillante o mediocre? ¿Qué tipo de políticos gobiernan en España? A todo ello responde sin pelos en la lengua.

¿Busca usted escépticos a todos los niveles de la Historia?

No hay que creerse lo primero que te digan, conviene examinar las cosas y si lo haces, seguro que encontrarás claros y oscuros en la Historia, además de alguna que otra verdad.

En muchas ocasiones, historiadores y analistas de aconteceres del pasado han señalado que la ideología nazi atrae a los estratos no muy preparados y tampoco muy documentados de la sociedad.

Pienso que los grupos neonazis son una especie de plaga juvenil. Y es como decía Pío Baroja del carlismo: "El carlismo se quita leyendo". Son personas indocumentadas, jóvenes que se dejan seducir por el aparato propagandístico tan vistoso que tienen los nazis: las banderas, los uniformes, los desfiles de antorchas€ Todo eso puede resultar muy atractivo a algunas personas, pero lo que hay detrás de todo ello es un horror.

Y tendríamos que suponer que el horror no gusta a nadie...

Yo te diría que no somos una civilización de angelitos. Hay gente malvada como esta. Lo que hay que procurar es que nunca tenga acceso al poder como lo tuvieron aquellos pájaros, que ese horror no se vuelva a dar más.

Nos han vendido la idea de que Hitler era una persona tan mediocre como acomplejada. ¿Cómo es posible que pudiera seducir a un pueblo como el alemán, considerado uno de los más cultos del mundo?

He intentado en este libro dilucidar ese enigma. Era un hombre bastante poliédrico y tenía una virtud, ser un gran orador de masas. El tipo se preparaba como un actor y tenía unos ademanes un poco exagerados, como solían ser los de la oratoria de la época. Tenía muy poquitas ideas, pero muy claras, sobre lo que había sido la decadencia de Alemania después de la Primera Guerra Mundial, que supuso un gran abuso por parte de las potencias aliadas en el Tratado de Versalles.

¿Un tratado injusto?

Hicieron a Alemania responsable de todo y se ensañaron con ella. El pueblo alemán estaba muy herido, él se quedó con el mensaje de cómo salir de esa herida y reponerse de lo que había ocurrido. Eso es lo que le hizo creer al pueblo alemán y el pueblo alemán le siguió. Hay que tener en cuenta un detalle que yo cuento en una de las entradas de esta enciclopedia: en tres meses se pasó de la democracia a la dictadura, y cuando se llegó a la dictadura ya no hubo vuelta atrás. El que era demócrata o liberal tuvo que encerrarse en sí mismo, porque era peligroso demostrarlo públicamente. Ya había campos de internamiento donde con todo el cinismo del mundo les podían ingresar diciendo que era por su protección.

¿Protección?

Sí, y parece raro, ¿verdad? Lo hacían porque necesitaban aleccionamiento o para salvarlos del comunismo, que era el coco de aquellos tiempos. Esta gente llevó a cabo esa estrategia y le salió bien. Le salió bien a Hitler y a los desarrapados que había en su entorno, gente absolutamente amoral, y lo demás es historia.

¿Qué hubiera pasado si Hitler hubiese ganado la Segunda Guerra Mundial?

Hubiera sido absolutamente terrible. Terrible para Europa, porque imagino que Estados Unidos y Sudamérica hubieran seguido su camino por su lado. Si hubiera ganado Hitler el panorama en Europa habría sido de lo más oscuro.

Dicen que conocer la Historia sirve para evitar errores del presente y del futuro. ¿Cómo es posible que sabiendo los horrores del nazismo surjan en la actualidad grupos neonazis?

Creo que se trata de corpúsculos de gente joven que se deja arrastrar, como he dicho antes, por la parafernalia, por una propaganda muy bien encauzada. Pero creo que todo eso no tiene sustancia ni recorrido alguno. Es gente violenta que hace mucho ruido, aunque no creo que suponga un peligro para la democracia en ningún caso. No creo que el nazismo pueda volver a conquistar el alma de un país.

En España, cuando se habla de nazismo se pone el foco en unas siglas muy concretas.

Así es, pero para hablar de eso, mejor volvamos la mirada atrás. En su época, donde los nazis más gastaron en publicidad y propaganda fue en España. Hay un chiste que circuló entonces que define muy bien lo que era aquella situación. Se encuentran Hitler y Mussolini y pregunta Mussolini: ¿Cómo va la guerra? Hitler contesta: No va mal. No va tan bien como dicen los periódicos españoles, pero no va mal. España era más nazi que los propios nazis, pero Franco tuvo la astucia gallega de que según iban perdiendo los alemanes, él se iba acercando más a los americanos, defendiendo su propia ideología.

¿Ideología nazi, fascista?

En contra de lo que gente cree, Franco no fue nazi, no fue fascista. Franco era franquista.

Así que él se lo guisaba y él se lo comía.

Absolutamente. Él tenía una mentalidad cuartelera de inspiración católica. Orden y concierto, que solo una persona mande, dirigir el país como si fuera un cuartel y ya está. Hasta ahí llegaba su ideología.

De Franco también se ha dicho que era una persona bastante mediocre.

Evidentemente, no fue una persona brillantísima. Tuvo la astucia de mantenerse en su camino frente a los distintos grupos de presión que había en España, y tuvo la ayuda de su hermano Nicolás, un tío bastante inteligente. Franco no era brillante, pero con una suerte loca a lo largo de su vida. Tuvo suerte en el planteamiento que hizo en la guerra mundial, porque al principio él quería entrar en la guerra.

Pero Hitler no le dejó.

Exacto, lo despreció. Cuando Hitler quiso que entrara, Franco ya había visto que la cosa no estaba tan clara y se resistió, a pesar de lo cual firmó en Hendaia un protocolo comprometiéndose a incorporarse a esa guerra, cuando España había salido de otra, la suya civil, hecha unos zorros. Firmó que entraría cuando pudiera, pero no puso fecha. Unos meses después Hitler invadió la Unión Soviética, el gran error de su vida, y lo de tomar Gibraltar se le olvidó, quedó para los alemanes como un tema de segundo orden. Se puede decir que Franco jugó sus cartas muy bien en este sentido y contó con el apoyo de Churchill.

¿Cuando Stalin quería quitar del medio a Franco?

Sí. Dijo que era un deshonor que una persona como él estuviera al frente de un país como España, pero Churchill respondió que a Gran Bretaña le interesaba que estuviera en el poder. Ya digo que Franco fue un hombre con mucha suerte.

¿Cómo sería la historia para escépticos de los tiempos actuales?

Yo voy acumulando material para ir poniendo al día el libro que publiqué hace 26 años, Historia de España contada para escépticos, y cada cinco o seis años lo actualizo. Espero que dentro de unos años la cosa se aclare suficientemente como para afrontar esa continuación.

¿Es normal lo que ocurre hoy en España en cuestión política?

Es absolutamente anormal. Cuando se hizo la Transición había en España políticos de cierto calado, tanto en la derecha como en la izquierda. La Transición no deja de ser una transacción -así la llamo en mis libros-, porque fue un tejemaneje, pero había políticos de calado capaces de ponerse de acuerdo y hacer las cosas medianamente bien. Ahora solo tenemos mindundis que proceden de esos caladeros internos que han hecho los partidos políticos: las juventudes de izquierdas, las juventudes de derechas, etc. Es gente que no ha trabajado en su vida, que ha vivido siempre de la política y que lo único que sabe es contradecirse y hacer ese tipo de espectáculos que nos dan en el Congreso y en el Senado.

El triángulo que han formado Cayetana Álvarez de Toledo, Ayuso y Casado es digno de una película.

Bueno, yo no metería a unos en el saco y a otros no. Veo la situación política en España como una calamidad colectiva.

Y la gente entiende que puede ser muy rentable ser político con cargo.

Churchill decía que la democracia no es que sea buena, sino que es lo menos malo. La desgracia de esta democracia es que no piensa en el bien común, piensa en el bien del partido y sobre todo en el bien de la persona. Piensa en mantener la poltrona en las próximas elecciones. Esa es la obsesión de todos.

Hay otro rasgo que caracteriza a muchos políticos: el escaso apoyo que dan al mundo de la cultura.

Sencillamente, ellos no son cultos, o no lo son en su mayoría. Como decía antes, aquella generación que hizo la transacción (Transición) era una generación culta, y lo era al margen de la ideología que tuvieran sus componentes. Los de ahora ven el mundo de la cultura como un adorno quizá necesario, pero que a ellos ni les va ni les viene. No hay más que ver cómo se expresan.

¿No será que tienen miedo de que los ciudadanos sean cultos?

Cuando uno piensa en la evolución de la enseñanza en España puede entrar en la sospecha de que no interesa que la gente sea culta. La educación no puede ser más calamitosa, cada plan que sale es peor que el anterior, y esto ocurre desde el siglo XIX.

Esta entrevista no puede dejar de lado al emérito, a Juan Carlos I. ¿Qué cree que va a pasar con él?

Es un gran enigma, pero hay una cosa positiva: está bien que se le pase factura a todo españolito, sea quien sea, y que se exija responsabilidades incluso en las altas esferas. Lo que sucede es que todo es tan lento que resulta desesperante. Yo quiero confiar en la Justicia, el único bastión que le puede quedar a la democracia. Lo único que podemos esperar es que la Justicia funcione medianamente bien.

¿Pero?

Vamos a ver si es posible en este caso y en otros tantos.

PERSONAL

Edad: 73 años (7 de marzo de 1948).

Lugar de nacimiento: Arjona (Jaén).

Formación: Estudió Filosofía y Letras y es licenciado en Filología Inglesa.

Trayectoria: Ha vivido en Gran Bretaña, país en el que ha sido alumno y profesor universitario. Su recorrido en la literatura es muy intenso, como novelista y ensayista. Algunas obras están firmadas con el pseudónimo de Nicholas Wilcox. Lleva publicando cuarenta y seis años, desde 1975. En ocasiones actúa como el Pepito Grillo de la política española y mundial. Su colección de libros es tan amplia que por sí sola forma una biblioteca de temas muy variados.

Obras: Ha publicado una obra abundantísima, con libros destacados, casi siempre de atractivo título, como En busca del unicornio (Premio Planeta 1987), El enigma de la mesa de Salomón, Verdugos y torturadores, Tartessos y otros enigmas de la historia, Historia secreta del sexo en España, Historias de la Inquisición, El sexo de nuestros padres, Una historia de la Guerra Civil que no va a gustar a nadie, La Primera Guerra mundial contada para escépticos, La Segunda Guerra Mundial contada para escépticos, o Misterioso asesinato en casa de Cervantes (Premio Primavera de Novela). Ahora vuelve a la actualidad con Enciclopedia nazi contada para escépticos.