El noble vizcaíno Lope García de Salazar fracasa en su intento de tregua con el magnate castellano Pedro Fernández de Velasco, quien, perteneciente a una de las familias más poderosas de los reinos peninsulares, tiene gran influencia en la corte del rey Juan II. La entrada de Pedro Fernández y su escolta armada en el señorío de Bizkaia desata las intrigas entre los demás señores, que se verán obligados decidir a qué bando apoyan. Así las cosas, Lope García no solo deberá hacer frente a la amenaza que se cierne sobre su apellido; también a las graves diferencias que lo separan de su esposa, Juana de Butrón. Y una a una, cada nueva confrontación los arrastrará hacia el abismo de la locura. Con pluma ágil y tensión narrativa hasta límites insospechados, José Manuel Aparicio nos adentra con su novela 'Banderizos' (Edhasa, 2021) en una historia en la que honor, poder, ambición, amor y odio mueven a los protagonistas hasta el extremo de las profundidades más oscuras del alma.

-En 2015 publicó 'Banderizos', que por cierto ganó el IV Certamen Internacional de Novela Histórica Ciudad de Úbeda. Ahora la vuelve a relanzar al mercado, ¿qué diferencias hay entre una y otra versión?

En efecto, la novela ha vuelto a editarse, esta vez por Edhasa. Las mejoras son básicamente estilísticas, para lograr una mayor agilidad y comprensión de la obra. Sobre todo, he clarificado oraciones y he dotado de un ritmo más adecuado a los párrafos que a mi juicio lo requerían.

-¿Tenía necesidad de volverla a reescribir?

Sí, porque a medida que uno progresa en el oficio de escribir, como en cualquier otro, aprende a depurar la técnica. Tras mi segunda novela, Bellum Cantabricum, consideré que para la reedición de Banderizos el texto debía estar a la altura de lo que esperarían los lectores que me hubieran conocido por aquella. Serán ellos quienes valoren si lo he conseguido.

-¿Cómo nació esta historia en su cabeza?

Paseando por mi ciudad, Portugalete. A veces uno tiene ante sí tesoros históricos que le pasan desapercibidos. Un día decidí detenerme a contemplar la arquitectura medieval de la villa y comprendí que en el casco antiguo en general, y en la torre de Salazar en particular, había una historia sobre las luchas de banderizos que asolaron el País Vasco y buena parte de Europa durante la Baja Edad Media.

-En su momento, ¿fue laborioso documentarse?

Mucho, porque desconocía casi todo sobre las guerras de bandos, por lo que tuve que empezar desde cero. Me fueron de gran ayuda obras divulgativas y estudios tan profundos como la biografía sobre Lope García de Salazar escrita por Sabino Aguirre Gandarias, 'Monografía histórica de la Noble Villa y puerto de Portugalete', de Mariano Ciriquiain Gaiztarro, 'Historia de la torre de Salazar', de Aitor González Gato, y 'Torres de Las Encartaciones', de Juan Manuel González Cembellín, seguramente el mayor especialista sobre las luchas banderizas.

-¿Los personajes que aparecen son reales?

Muchos lo son, como por ejemplo el propio Lope García de Salazar, su enemigo Pedro Fernández de Velasco, conde de Haro y capitán general de la frontera de Navarra, o la esposa de aquel, Juana de Butrón. Estos personajes entrelazan sus tramas y conflictos con los de otros ficticios.

-¿Y los escenarios?

Lo son y en su mayoría se pueden visitar, comenzando por Portugalete y continuando por el castillo de Muñatones, solar de los Salazar y la fortificación más importante de Bizkaia. Otra villa digna de visita es Balmaseda. Cabe destacar el castillo de Butrón, de inspiración bávara. Nada queda de su aspecto medieval, pero lo espectacular del actual edificio bien merece una visita. Saliendo del País Vasco, el lector puede visitar la villa marinera de Castro Urdiales, en Cantabria, o el castillo de la Adrada, en Ávila. La novela incluye un detallado anexo al respecto.

-¿Qué nos puede contar sobre los protagonistas?

Aquí tengo que destacar al principal, el célebre banderizo Lope García de Salazar, que se enfrenta a su ancestral enemigo burgalés, Pedro Fernández de Velasco, un adversario muy superior. La novela narra la lucha a muerte entre estos dos linajes, los Salazar y los Velasco. Por si esto fuera poco, Lope García tendrá que hacer frente a graves diferencias con su esposa Juana de Butrón y su hijo Juan el Moro, entre otros miembros de su familia. Todo son dificultades para Lope, un individuo díscolo que no es de los de hincar la rodilla por muy complicadas que se le pongan las cosas. Y se le van a poner mucho, porque en esta novela descubriremos lo más oscuro del ser humano.

-¿Cómo era un día cualquiera en esa Bizkaia de finales de la Edad Media?

Es un tiempo en el que las villas florecían en contraposición al poder de los señores feudales, de los banderizos, que ven peligrar su estatus en favor de estas poblaciones muradas protegidas por los reyes. Imaginemos un creciente comercio y una incesante actividad artesana tras sus muros, y un movimiento de mercancías continuado en sus puertos y caminos. Es un periodo de transición entre el antiguo orden feudal y una nueva estructura social y económica controlada por los monarcas. El progresivo declive de dicho orden feudal, que dará paso al Renacimiento, es el que va a llevar a los linajes nobiliarios a formar bandos, que se enfrentarán con el objetivo de arrebatarse las riquezas y mantener su posición. Es una época muy violenta, en las villas y en el mundo rural. Un tiempo muy tensionado en el que la menor ofensa podía terminar en un asesinato.

-Y en esa época Bilbao sería una ciudad pequeñita...

Bueno, Bilbao siempre será grande, aunque solo queden un par de casas en pie. Bromas aparte, Bilbao fue una de las villas que creció al socaire de este nuevo tiempo que describimos. Fue una población que consiguió destacar entre las otras villas que le hacían la competencia, como Portugalete, epicentro urbano de la novela.

-¿Tiene que gustarte la historia para leer esta novela?

No necesariamente. Yo escribo novelas para emocionar, para que el lector se identifique con los personajes y se implique en sus desdichas y en sus alegrías. Para mí, el periodo histórico es un decorado en el que actúan los personajes. Lo verdaderamente importante es lo que les sucede, no cuándo. Y esto trasciende el género. Si la novela se asienta sobre una alta tensión dramática, lo mismo da que la acción ocurra en el futuro que en la antigua Roma. Si alguien agrede a un personaje con el que te identificas y quieres que se vengue, eso te va a emocionar como lector siempre, sea la época que sea. Eso encontrarán en mis novelas, emociones fuertes.

-¿A qué público va dirigida?

Siguiendo con lo expuesto en la anterior respuesta, a quienes quieran emocionarse, conmoverse con una historia épica y, claro que sí, viajar a otro tiempo para conocer este apasionante, pero turbulento mundo, que fue el de los banderizos. Un mundo que, por cierto, no es exclusivo del País Vasco. En Navarra, por ejemplo, tuvieron durísimas disputas los agramonteses y los beamonteses. Mucho de lo que sucede en la novela es extrapolable a Navarra y a otros territorios. Las luchas de bandos fueron un conflicto global, no solo del País Vasco, como a veces se afirma. La famosa Guerra de las Dos Rosas fue una guerra de bandos superlativa para hacerse con el trono de Inglaterra.

-¿Tiene alguna anécdota relacionada con el proceso de escritura?

Más que con el proceso de escritura, con mi participación en el Certamen de Novela Histórica Ciudad de Úbeda. Llegaba muy justito para participar, era el último día y aún tenía que imprimir el manuscrito y enviarlo. Pues bien, se me estropeó la impresora. Corrí a una tienda de informática, pero también falló su equipo. Era agosto y había muchos establecimientos cerrados. La cosa se complicaba. A punto de rendirme, decidí ir a otro bastante más alejado. Allí sí conseguí imprimirla, al fin, pero la pesadilla estaba lejos de terminar. Se hacía tarde y la persona que me atendió en la oficina de Correos me puso pegas para el envío, pues el sobre no llevaba remite. Intenté convencerlo de que un envío para un premio no puede llevarlo, pero erre que erre, él insistía en que así no. Finalmente, tuve que tirar del BOE, en el que este caballero pudo comprobar que el paquete podía ir perfectamente sin remite. Y así, a última hora, logré mandarlo. Después gané el certamen. Si me hubiera rendido, si no hubiera insistido, quizás no estaría respondiendo a esta entrevista.

-¿Qué sensación le gustaría que sintiera el lector al leer sus novelas?

Que cuando concluyese tuviera la certeza de que la novela le ha dejado algo en el alma y en la memoria que lo acompañará para siempre. Un sentimiento, una reflexión, una oración. Lo peor es leer una novela y olvidarte de ella en cuanto pasas la última página.

-¿Le gustaría que sus novelas fueran llevadas al cine?

Ya lo creo. Yo soy un amante de la literatura y del cine a partes iguales. Son disciplinas parejas, que se complementan. En mis novelas hay referencias a diferentes películas y obras literarias que me han marcado e incluso forman parte de mi personalidad. El cine y la literatura son espejos de la vida y quiero verla reflejada en ambas.

-¿Cuándo se dio cuenta de que quería ser escritor?

No fue una evidencia, fue una sensación, desde crío. Uno siente atracción por lo que experimenta al leer libros, y siente que dentro de su cabeza bulle una voz que le susurra que escribir historias debe de ser algo especial y maravilloso. Y así, poco a poco, desde adolescente, va poniendo ladrillos que, sin darse cuenta, lo van construyendo como narrador. Un libro de técnicas narrativas, un taller literario, su primer relato.

-¿Cómo se sintió la primera vez que publicó?

No estoy del todo seguro. Emocionado, desde luego, pero no sabría explicarlo bien. Para mí, lo más intenso y nítido es el propio proceso creativo de la novela. Uno vive durante años con una serie de personajes que lo acompañan para siempre, como los buenos amigos que un día hizo y aunque deje de verlos los sigue queriendo. Enfrascarse en una novela causa una impresión muy poderosa, absorbente, incluso desbordante. Supone vivir en un mundo que en realidad solo existe en tu cabeza. Es como estar enamorado.

-¿El mejor consejo que le podría dar a una persona que quiere escribir su primera novela histórica?

Primero debe asegurarse de que la historia que quiere contar le motiva al cien por cien, porque el proceso de la novela es largo y sufre altibajos para los que hay que estar preparado. Si está seguro de que es la historia que quiere, que necesita contar, entonces tiene que trabajar sin prisas, con esmero, preocupándose solo por escribir la mejor novela que sea capaz. La novela tiene que ser lo primero. Los premios, el reconocimiento, las entrevistas… Todo eso es secundario. Bonito cuando llega, desde luego que sí, pero secundario. Solo trabajando al máximo por la novela esto segundo sucederá.

-¿Algún libro que le haya marcado especialmente?

'Yo, Claudio', de Robert Graves, 'Las aventuras del capitán Alatriste', de Arturo Pérez-Reverte,' Rey Lobo', de Juan Eslava Galán y 'Relatos de lo inesperado', de Roald Dahl.

-¿Cómo cree que está el panorama editorial para tantos autores como hay o quieren publicar?

Complicado, como siempre. Existe un cuello de botella motivado por lo que las editoriales tradicionales están dispuestas o tienen capacidad para editar y todo lo que los escritores quieren publicar. El mercado es el que es y puede absorber lo que puede absorber. Existen alternativas como la autoedición, que si se hace bien permite dar salida a obras que de otra manera permanecerían eternamente en un cajón. Y de la autoedición han surgido muy buenos autores, que han alcanzado con posterioridad un lugar preeminente en la edición tradicional.

-Se comenta que los jóvenes dejan de leer a los 17 años porque prefieren lo inmediato: la tablet, el móvil, etc. ¿Es posible hacer algo para recuperar su afición?

No lo sé. Creo que la tendencia natural del cerebro es la pereza cuando no se dedica a alimentarse, reproducirse o sobrevivir. Consumir algo en el móvil es fácil, y por lo tanto más atractivo para los jóvenes y para muchos adultos. Leer, en cambio, exige un entrenamiento paulatino. Hemos de conducir a los jóvenes hacia ese entrenamiento, pero de forma lúdica y no por obligación. Que elijan ellos los libros según sus preferencias, que no se los impongan. Porque la imposición es obligación, y cuando te fuerzan a hacer algo que no quieres, lo rechazas. Quizás este sea el camino. En cualquier caso, no todo el mundo tiene por qué leer, igual que no todos tienen por qué sentir interés por ver una película.

-¿Cree que existe una literatura para mujeres y que si el autor es hombre o mujer influye en el libro?

A mí esto de las etiquetas no me va mucho. Yo escribo una literatura para personas que se lo quieren pasar bien, emocionarse y conocer otra época. Que sea hombre o mujer carece de importancia. En mis novelas salen un montón de tipos duros cargados de testosterona pegándose de lo lindo, y tengo la suerte de contar con muchas lectoras, cuando, a priori, lo de abrirse la cabeza parece más bien cosa de machotes. Ahora bien, ¿que en esta sociedad mercantilizada, de extremos y postureo, poner una etiqueta a un libro ayuda a que se venda? Pues sí, funciona.

-¿Escribir es un arte?

Sí, porque es un ejercicio de comunicación, estética y transferencia de emociones que solo se consiguen activar con el uso del estilo, del ritmo y de los recursos estilísticos adecuados. Naturalmente, hace falta también imaginación, trabajar duro y perseverar.

Personal

Edad: 46 años. Lugar de nacimiento: Bilbao. Estado civil: Con pareja. Formación: Cursó un grado de formación profesional en la rama administrativa y otro grado en Historia en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), aunque no lo finalizó. Carrera profesional: Es director de Rubric, una agencia de servicios editoriales. Esta labor la compagina con su faceta de escritor. Proyectos futuros: Aparicio se encuentra en estos momentos trabajando en su nueva novela, que está ambientada en la época romana. La acción transcurre en la Germania del siglo I d.C. y cuenta con una serie de personajes, entre ellos un vascón, sometidos a una durísima epopeya de supervivencia. También se encuentra preparando un guion radiofónico para conmemorar el setecientos aniversario de la fundación de Portugalete, que se celebrará el próximo año.

En corto

-Una virtud: “Sonreír a la gente”.

-Un defecto: “Ninguno”.

-Un vicio: “La cerveza”.

-Una afición: “El deporte”.

-Qué valora de la gente: “Que no mientan en las cosas serias”.

-Un libro: “Robur el conquistador, de Julio Verne”.

-Una película: “Ben Hur, de William Wyler”.

-Una comida: “Muchas”.

-Una bebida: “Agua o cerveza”.