Es curioso como muchos piensan que los inicios del periodismo se remontan al siglo XIX, pero la verdad es que no están en lo cierto.

Heródoto, el reconocido cronista de la Antigua Grecia, fue uno de los responsables en crear dicha profesión. Su trabajo narrando los acontecimientos de su tiempo, así como razonando los motivos y consecuencias, podrían asemejarse al 'reportero arcaico'.

Sin embargo, esta profesión ha dejado mucho ruido de fondo desde entonces, pasando por levantamientos, conflictos bélicos o revoluciones industriales. Lo que está claro es, que, el escenario contemporáneo y actual ha cambiado, y, tiene mucho que decir.

La profesión periodística ha consistido, desde siempre, en contar historias dentro y fuera de la 'redacción'. No obstante, los avances tecnológicos y la inmediatez de la información han transformado por completo el modelo que conocíamos. El creciente uso de los dispositivos móviles ha generado una nueva forma de contar las cosas, y, el periodismo clásico ha pasado a segundo plano. La nueva modalidad de comunicación ha permitido, en cualquier caso, poder aportar y acceder a contenido las veinticuatro horas del día.

Las TICs han conseguido abrir infinitud de puertas al mundo de la comunicación en todos los ámbitos, sin embargo, esto ha derivado a una amenaza al 'periodismo tradicional'. Renovarse o morir. Así se dio comienzo al dilema, que, causó tanto debate y controversia entre nuestros profesionales de la comunicación.

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Debido a la multitud de herramientas y formatos disponibles, los periodistas, ya no solamente escriben sino, que, pueden y deben adaptarse a diversas formas de contar, de informar. Y es que, esta nueva provocación a los medios de comunicación ha conseguido, que, casi todo el mundo pueda opinar y contar, sin apenas demostrar si es verdad o no. A diferencia de nuestro 'querido viejo periodismo', el cual estaba dotado y gozaba de fuentes, argumentos, testimonios y verdad.

Luego está el periodismo transmedia. Esta doctrina tiene similitudes con el periodismo anterior, sí, pero también está repleto de nuevas virtudes y facilidades para la dilatación informativa. Con la principal diferencia de que este aprovecha todas las nuevas oportunidades tecnológicas del ámbito comunicativo, que, a su vez se han originado en nuestra sociedad contemporánea, o postmoderna.

Periodismo móvil: la nueva competencia de la cobertura tradicional

Otra cuestión, tal vez un tanto preocupante, es la aparición de las redes sociales. El fenómeno, que, posiblemente hace temblar a muchos de los profesionales de la comunicación, pues algunos de manera independiente decidieron crear un espacio para combatir a la comunicación convencional. 'Cuando la tecnología hace posible la construcción, de una aldea global, los medios reflejan el mundo de una manera superficial y fragmentaria€ Los cinco sentidos del periodista: estar, ver, oír, compartir y pensar' Ryszard Kapuscinski (1950)

Pero más allá de las 'redes sociales tradicionales' (Facebook, Instagram,Twitter... ), que, posiblemente hayan quedado obsoletas ante la llegada de nuevas plataformas de difusión y en 'riguroso directo', algunas apps, como Storymaker, Bambuser, o Snapchat, también tienen un importante papel, en este nuevo rumbo del periodismo.

Por ejemplo, Bambuser, fue una de las apps con más protagonismo en las protestas de la Primavera Árabe. A través de esta plataforma se hicieron llegar imágenes, a todo el planeta, del bombardeo de la ciudad de Homs. Aunque finalmente, esta herramienta alternativa, fue censurada por el Gobierno. Otro de los casos, más conocidos, es el de Snapchat. La aplicación con más juego entre los niños y jóvenes alcanza, a día de hoy, a medios consolidados como la CNN o The New York Times, con más de 100 millones de usuarios en todo el mundo. Todo ello, como claro ejemplo del poder de difusión de las plataformas móviles y su acompañamiento a la información diaria.

Posiblemente, toda esta transformación del periodismo se deba a tres importantes crisis. La inmediatez informativa; todos queremos información 'aquí y ahora' y ni siquiera nos importa traicionar al periodismo tradicional. Por otro lado, está el aspecto económico; siempre optamos por lo 'bueno, bonito y barato', y, así trata de vender el periodismo móvil, contenido atractivo, fácil y de lectura apresurada.

Y por último, la crisis de eclosión de las tecnologías emergentes; nuevos soportes, audiencias de otra generación€ Todo ello ha generado, que, el periodismo convencional se enfrente a los retos de la revolución digital.

Aunque la era del SMS nos resultaba gratamente atractiva, el "mojo journalism" se sitúa dentro del pódium ganador. El periodismo móvil puede desarrollar la función comunicativa con demasiada inmediatez, y eso no es del todo bueno. Como la rutina de millones de personas, ahora, todos siguen la misma ruta, la misma conexión. Los periodistas se adaptan a la situación y nosotros, como consumidores, al contenido....

Lo que está claro es, que, el periodismo móvil ha preferido volar en solitario.