- Hoy algo más de 250 000 ciudadanos vascos están llamados a las urnas con motivo de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Francia. Doce candidatos están en liza y esta noche tan solo los dos que más papeletas cosechen se clasificarán para la segunda ronda que se celebrará el 24 de abril. En Lapurdi, Baja Navarra y Zuberoa la guerra en Ucrania ha dominado también la cobertura informativa y ha eclipsado en gran medida la campaña. Estos días, solo dos de los doce candidatos han estado en Iparralde, Philippe Poutou (izquierda) y el centrista Jean Lassalle. Poco antes arrancar la campaña la conservadora Valérie Pécresse, Éric Zemmour (ultraderecha) y Nathalie Arthaud (izquierda) también estuvieron en tierras vascas en una campaña que se ha limitado a algunas reuniones públicas, debates en redes sociales y programas en televisión y radio. Esta semana, un 30% de los electores aseguraba que no sabía qué papeleta depositaría en la urna o si iba a ejercer su derecho al voto.

Los últimos cinco años han sido atípicos en Francia puesto que por primera vez el país asistió a un duelo entre Emmanuel Macron y Marine Le Pen. El Partido Socialista y los conservadores, que solían alternarse en el poder, fueron eliminados de la segunda ronda el mismo día y desde entonces no consiguen levantar cabeza.

Macron se impuso a la candidata de extrema derecha y su legislatura ha estado marcada por su arrogancia, sus permanentes guiños a la derecha, las movilizaciones de los chalecos amarillos que trataron de paralizar el país, la pandemia y, finalmente, la guerra en Ucrania.

Macron ha sido acusado de utilizar su condición de líder en tiempos de guerra y de diplomático en calidad de presidente del Consejo Europeo para evitar enfrentarse a sus oponentes. En Francia, ningún presidente saliente ha participado en debates con sus contrincantes. Se limitan a acudir al cara a cara televisivo entre las dos vueltas. En 2002, Jacques Chirac se negó a debatir, por ejemplo, con Jean Marie Le Pen.

Hoy, Francia cuenta con más de 67 millones de habitantes, es la séptima economía del planeta, el país más visitado, una potencia nuclear y uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. También es uno de los países que tras la segunda guerra mundial fundó la UE. El creciente costo de la vida y la falta de subida de salarios es la principal preocupación de la ciudadanía.

A pesar del descontento, el actual favorito es el presidente saliente, un exbanquero de inversiones, nacido en 1977, y que en los últimos cinco años ha reformado el código laboral, ha eliminado un impuesto sobre el patrimonio y ha reformado la compañía nacional de ferrocarriles. El presidente más joven de la historia no ha cumplido, sin embargo, con su promesa de que la legislatura iba a ser la de la igualdad entre hombres y mujeres y la de las personas discapacitadas. Este año también, su principal contrincante es la hija del ultraderechista Jean Marie Le Pen. Según los sondeos, el populista Éric Zemmour podría ser el tercer o cuarto candidato más votado.

Esta estrella televisiva, que en varias ocasiones ha sido condenada por difamación y actos que provocan el odio o la violencia por motivos de raza y religión, denuncia la decadencia del país por culpa de la inmigración y del islam. El exsocialista y actual líder del movimiento Francia Insumisa Jean-Luc Mélenchon es el candidato de izquierda mejor posicionado para llegar a la segunda ronda. Valérie Pécresse, la presidenta de la región de París es la candidata conservadora. A pesar de la implantación local del partido, en esta ocasión también parece que los herederos directos del general Charles de Gaulle quedarán eliminados en la primera vuelta.

A pesar de haber ganado importantes alcaldías como Burdeos, los sondeos tampoco auguran nada bueno para los ecologistas. La alcaldesa de París y candidata del Partido Socialista Anne Hidalgo podría incluso obtener menos votos que Jean Lassalle, el diputado centrista vasco-bearnés que en su discurso une la ruralidad y la necesidad de que Francia vuelva a levantar cabeza para recuperar su grandeza.