El canciller alemán, Olaf Scholz; el presidente francés, Emmanuel Macron, y su homólogo polaco, Andrzej Duda, expresaron este miércoles desde Berlín su "absoluta unidad" en el objetivo compartido de "preservar la paz" en Europa, algo que a juicio del eje franco-alemán pasa por el diálogo con Rusia.
"Nuestra evaluación de la situación en Ucrania es idéntica", afirmó Scholz, en una comparecencia conjunta, previa a la reunión convocada en la capital alemana con los presidentes polaco y francés, el primero de regreso de su viaje a Washington y Macron de vuelta de Moscú y Kiev.
Los tres países respectivos ejercen en estos momentos las presidencias de turno de la Unión Europea (UE) -por parte francesa-, del G7 -por la alemana- y de la OSCE -por la polaca-, enfatizó el canciller alemán, lo que dio a su reunión "una relevancia especial", en unos momentos "muy difíciles".
DIÁLOGO COMO UNA SOLUCIÓN AL CONFLICTO
En sentido parecido se pronunciaron tanto Duda como Macron, aunque este último destacó el "diálogo" con Moscú como única vía para resolver el conflicto.
Debe ser un diálogo "exigente", matizó el presidente francés, destinado a evitar "todo riesgo de una escalada".
Scholz reiteró, por su parte, que todo ataque a la integridad territorial ucraniana tendrá una respuesta "contundente", en términos de sanciones económicas y políticas, aunque sin precisar su alcance.
A su vez, Duda destacó la necesidad de proteger la integridad de Ucrania, un país que sin ser socio ni de la Unión Europea (UE) ni de la OTAN "precisa todo nuestro apoyo", al tiempo que aseguró que . "aun es posible evitar una guerra".
VÍA DIPLOMÁTICA
La reunión de trabajo en Berlín se enmarca en el engranaje diplomático desplegado estos días y a distintos niveles por los líderes occidentales, en forma de viajes en paralelo, entre Europa y Estados Unidos, siempre con la mirada puesta en Moscú.
Scholz regresaba de su primer viaje desde que se convirtió en canciller a Washington, donde escuchó del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, frases de unidad y cohesión, pero también la advertencia de que si hay una invasión rusa a Ucrania el gasoducto Nord Stream II no entrará en funcionamiento.
El canciller alemán ha evitado hasta ahora responder con claridad a la pregunta de si incluye dicho gasoducto en el "alto precio" que, según ha asegurado repetidamente, pagará Rusia en caso de nueva agresión a la integridad territorial contra Ucrania.
Por parte del gobierno de Berlín, únicamente la ministra de Exteriores, la verde Annalena Baernock, ha vinculado explícitamente el Nord-Stream II con posibles sanciones, en caso de invasión rusa.
DINAMISMO FRANCÉS FRENTE A TIBIEZA ALEMANA
Al canciller se le ha criticado tanto en su país como por parte de sus principales aliados la ambigüedad o tibieza frente Rusia. La próxima semana mantendrá en Moscú su primera reunión a escala de líderes con el presidente Vladímir Putin.
Macron, por contra, ha desempeñado la parte más dinámica dentro del tradicional eje franco-alemán. Su llegada a Berlín se produjo después de haber protagonizado este lunes un mediático encuentro con Putin, a lo que siguió , camino a la capital alemana, otra reunión con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
El propósito del presidente francés -que representa con el canciller alemán la defensa férrea de la vía diplomática- es lograr algún tipo de avance para reactivar el llamado Formato Normandía.
Es decir, el diálogo entre Rusia y Ucrania, auspiciado por el eje franco-alemán, que apenas ha logrado hasta ahora en la actual crisis poco más que reuniones preparatorias a escala de asesores, la próxima de las cuales se prevé para el próximo día 10 en la capital alemana, apuntó Macron.
La reunión entre Macron, Scholz y Duda se enmarca en el llamado Triángulo de Weimar, una iniciativa de Alemania, Francia y Polonia en la que los tres países abordan desde 1991 cuestiones de cooperación.
DIPLOMACIA FRENTE A DISUASIÓN
Frente a la crisis de Ucrania hay diferencias, especialmente en lo que respecta a Polonia, que reclama una actitud más firme frente a Rusia de parte de los aliados occidentales.
Varsovia busca el efecto de la disuasión, a través del aumento de la presencia militar de la OTAN en la región. Berlín está en el foco de las críticas por su negativa a enviar armas a Ucrania, a lo que se suma su ambigüedad respecto a Nord Stream II, ya terminado pero todavía no en funcionamiento, en un tema de permanente polémica.
Cerca del 55 % del gas que se consume en Alemania es de procedencia rusa. Nord Stream II complementa el Nord Stream I, ya en funcionamiento, que transporta gas ruso a Alemania a través del Báltico sin tocar suelo ucraniano.
Scholz ha insistido reiteradamente en que Moscú deberá pagar "un alto precio" en caso de agresión a la integridad territorial de Ucrania. Pero ha esquivado, cada vez que se le ha planteado, la cuestión de si ello incluye a Nord Stream II.