- El primer ministro italiano, Mario Draghi, no excluye su ascenso a jefe de Estado: “Soy un abuelo al servicio de las instituciones”, declaró ayer con su tono lacónico habitual pero dejando entrever su disponibilidad a solo tres semanas de que el Parlamento empiece a buscar al nuevo presidente, una batalla política de consecuencias impredecibles.
“Mi destino personal no cuenta absolutamente nada, no tengo particulares aspiraciones de un tipo o de otro, soy un hombre, si quieren un abuelo, al servicio de las instituciones”, sostuvo en cierto modo críptico en la rueda de prensa de fin de año en Roma.
Draghi convocó a la prensa para responder durante unas dos horas a decenas de preguntas. Los temas fueron muchos, la pandemia, el Plan de Recuperación, Unión Europea o geopolítica... pero el interés auténtico se centró en su futuro político.
A mediados de enero el Parlamento empezará a votar a un sucesor del actual jefe de Estado, Sergio Mattarella, y el prestigioso expresidente del Banco Central Europeo es el mejor posicionado para ascender al Palacio del Quirinal por gozar del aprecio de todos. De hecho, Mattarella lo tuvo claro cuando en febrero tuvo que solucionar la enésima caída del Gobierno, encargándole formar uno nuevo para gestionar la crisis sanitaria apoyado por todo el hemiciclo excepto por los ultras de Hermanos de Italia.
Draghi, por escrúpulo institucional, no opina sobre este delicado proceso y su incomodidad es perceptible: “No es que no me guste, es que no tengo respuestas”, alegó con una media sonrisa cuando una periodista se quejó de que no entrara en vaticinios de futuro. Pero lo cierto es que, en sus palabras, los analistas coinciden en ver si no una apertura neta, al menos una cierta disposición. En el caso de ser elegido se abriría un embrollo político porque el Gobierno perdería a su primer ministro y Draghi, ya como jefe de Estado, debería encargar a otra “figura de consenso” que agote la legislatura en 2023 o disolver el Parlamento y convocar elecciones.
En cualquier caso es consciente de que unos comicios devolverían al país al territorio de la incertidumbre, cuando la prioridad es invertir bien la lluvia de millones del Fondo de Recuperación europeo. Y por eso para él lo “esencial” para luchar contra la pandemia y apuntalar la recuperación económica es proseguir con la legislatura, no adelantar elecciones, con un Gobierno apoyado por una amplia mayoría como sobre la que él se asienta.
Aunque, matizó, esto debe darse “independientemente de quién sea” el primer ministro, él u otro, porque si la coalición se resquebraja arrojaría al país a “un escenario temible”.