- El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, pidió ayer en Varsovia "actuar con rapidez y decisión" en la crisis de la frontera polaco-bielorrusa, donde -señaló- tiene lugar "un ataque híbrido, brutal, violento e indigno". Michel se entrevistó con el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, quien a su vez destacó que no se trata "de una crisis migratoria, sino una crisis política desencadenada con el propósito especial de desestabilizar la situación en la Unión Europea (UE)".
Ambos líderes coincidieron en que el régimen de Aleksander Lukashenko es culpable de la situación en la frontera, donde se acumulan cientos de migrantes y se han registrado varios intentos violentos de pasar a territorio polaco de manera ilegal.
Morawiecki dijo que "los acontecimientos de los últimos días son una prueba para Polonia y una prueba para Europa", y añadió que su Gobierno es consciente de que puede producirse una escalada "arriesgada" y que "la situación puede empeorar", por lo que habrá que "lidiar con las estrategias de provocación" de Bielorrusia. Además anunció que solicitará a la UE que impida los vuelos comerciales entre Oriente Medio y Minsk, para bloquear la afluencia de ciudadanos de esos países hasta la frontera polaca a través de territorio bielorruso.
En referencia a la supuesta participación del Gobierno bielorruso en estos hechos, Morawiecki exigió "aumentar nuestra presión a través de un mecanismo de sanciones apropiado para que (el régimen de Bielorrusia) ponga fin a esta práctica".
Según él, la oleada migratoria que afrontan Polonia, Letonia y Lituania desde el verano es una acción de "terrorismo de Estado" perpetrada por el régimen de Lukashenko, además de "un instrumento de chantaje y venganza" por reclamar unas elecciones democráticas en Bielorrusia.
"Hoy estamos defendiendo no solo la frontera polaco-bielorrusa, estamos defendiendo también el flanco oriental de la UE y la frontera oriental de la OTAN. Después de todo, el objetivo de Lukashenko es desestabilizar a toda Europa", concluyó Morawiecki.
Finalmente, Michel declaró que "en los próximos días", el Consejo Europeo debatirá "las posibilidades de financiación" de "una infraestructura física que proteja mejor a la UE".
Lo cierto es que el Gobierno de Polonia, que ayer mismo informó de otros tres intentos frustrados de cruzar la frontera desde Bielorrusia, tiene sobre la mesa una batería de medidas para responder a la presión migratoria en su frontera, entre las cuales figura el cierre total de los pasos con Bielorrusia y la invocación de consultas dentro de la OTAN, según reconoció ayer un portavoz gubernamental.
El Ejecutivo confirmó ayer la detención de todos los migrantes que cruzaron la frontera, según la agencia de noticias PAP. En concreto, según la Policía, han sido arrestadas más de 50 personas, si bien las autoridades no han aclarado el destino de todas ellas o si serán expulsadas.
El principal portavoz del Ejecutivo, Piotr Muller, confirmó en una entrevista radiofónica que entre las medidas que están ahora mismo a debate para responder a la crisis migratoria figura el cierre fronterizo total, así como aplicar el artículo 4 del Tratado de la Alianza Atlántica para reunir a la organización. Varsovia coincide con la OTAN en que se trata de una "guerra híbrida" emprendida por el líder bielorruso Lukashenko, que ya a finales de mayo avisó de que no impediría la llegada de migrantes a la Unión Europea como represalia por las sanciones.
Los medios polacos también difunden estos días imágenes de miles de migrantes más en Minsk, hasta donde llegarían en avión con el objetivo de dar el salto hacia la UE.
Asimismo, las autoridades polacas han denunciado disparos por parte de agentes armados bielorrusos al otro lado de la frontera, lo que contribuiría a aumentar la tensión en una zona donde ya se habrían acumulado entre 3.000 y 4.000 personas, según estimaciones oficiales.
"Guerra híbrida". La nueva política de defensa de la Unión Europea deberá contar con más capacidades para responder a nuevos desafíos como la guerra híbrida o cibernética, según una propuesta presentada este miércoles por el jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell. Además, tachó de crisis humanitaria, migratoria y geopolítica la situación en la frontera de Polonia y Bielorrusia, y llamó a movilizar todos los recursos europeos para afrontar la situación.