- La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, dijo ayer que el incidente en su reunión con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, donde quedó relegada a un asiento secundario en favor del presidente del Consejo, Charles Michel, le hizo sentirse “sola y dolida”, “como mujer y como europea”.
Von der Leyen se expresó de esta forma ante el pleno del Parlamento Europeo, donde acudió junto a Michel a dar cuenta del conocido informalmente como sofagate, que marcó una visita en la que los dos líderes europeos buscaban reactivar los contactos con Turquía tras un 2020 particularmente tenso en las relaciones entre este país y Bruselas.
“Soy la primera mujer en ser presidenta de la Comisión Europea, y así esperaba que se me tratase cuando visité Turquía. Pero no fue así. No puedo encontrar una justificación para cómo se me trató en los tratados europeos, así que tengo que concluir que fue porque soy una mujer. ¿Habría pasado si hubiera llevado traje y corbata?”, se preguntó Von der Leyen.
“Me sentí dolida, me sentí sola como mujer y como europea”, añadió la alemana ante la Eurocámara, que recordó que en fotos de reuniones anteriores al mismo nivel “no se ve ausencia de sillas”, pero “tampoco mujeres”.
Pese a ello, Von der Leyen se reconoció “en una situación privilegiada” por ser “presidenta de una institución respetada” y por tener la capacidad de “alzar la voz”, y alertó de las millones de situaciones como ésta y más graves que quedan silenciadas porque le suceden a mujeres que no tienen la capacidad de defender su postura.
“Cuando llegué la reunión, había cámaras. Gracias a ellas, el vídeo de mi llegada se hizo viral y generó titulares. No hicieron falta traducciones ni subtítulos: las imágenes hablaban por sí solas. Pero todos conocemos miles de incidentes similares, la mayoría mucho más serios, que nadie ve”, advirtió Von der Leyen. “Tenemos que asegurarnos de que estas historias también se cuentan y que, una vez contadas, actuamos”, pidió la jefa del Ejecutivo comunitario.
Recordó que, tras el incidente, al comienzo, empleó la reunión con Erdogan para expresar su preocupación por la salida de Turquía de la Convención de Estambul, un tratado internacional para combatir la violencia machista, y apuntó a que en Europa algunos países no ratificaron este tratado y otros se están planteando abandonarlo. “Esto no es aceptable. Cualquier violencia contra mujeres y niñas es un crimen. Debemos llamarlo crimen y castigarlo como tal”, pidió Von der Leyen.
La alemana también señaló que la adhesión de la Unión Europea como bloque a la Convención de Estambul está detenida en el Consejo (institución que representa a los países) y que la Comisión quiere plantear medidas alternativas para prevenir y castigar a nivel europeo este tipo de violencia antes de que acabe el año.
Von der Leyen aseguró que el viaje a Turquía le demostró que aún queda mucho camino a las mujeres por recorrer para lograr que sean tratadas por igual frente a los hombres. Además, lamentó que historias como la de ella, incluso más graves, no salgan a luz y pasen desapercibidas. Es por eso, que instó a que no se continúe ignorando esa realidad.
Lo ocurrido y su posterior debate coincide con un momento clave en el que la presidenta debe hacer frente a las polémicas por la vacunación en los países miembros, y también con el arranque del pasaporte covid para el verano.
Recuperar lazos con Turquía. Von der Leyen y Michel acudieron a la cita en Ankara para mejorar los lazos entre la UE y los turcos, ya que 2020 fue un año tenso por ambas partes.
Von der Leyen explica cómo se sintió en el ‘sofagate’. Asegura que se sintió discriminada por ser la primera mujer presidenta de la Comisión Europea.