- Las tres instituciones principales de la Unión Europea (UE) presentaron ayer una plataforma en línea para que los ciudadanos hablen sobre el futuro de Europa y no descartaron que a raíz de este debate se avance hacia una reforma de los tratados comunitarios, un extremo que por ahora rechazan los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete.
La nueva herramienta es un foro en línea multilingüe que busca ser la piedra angular de este ejercicio de reflexión sobre el futuro de la UE en plena pandemia, que dificultará celebrar muchos eventos presenciales previstos en la Conferencia del Futuro de Europa. El sistema se basa en el software libre Decidim, desarrollado en Barcelona y que ya se usa en esta ciudad para que los ciudadanos den su opinión sobre propuestas de vecinos o del ayuntamiento.
Cualquier europeo con correo electrónico puede registrarse y aportar opiniones en áreas como cambio climático, salud, economía, justicia social, empleo, Estado de derecho o migración.
Con el registro se puede abrir un hilo para, en un máximo de 1.500 caracteres, resumir una propuesta propia, aunque el usuario recibe un aviso si otro ha abierto ya un debate similar y prefiere seguir la discusión.
Cada ciudadano podrá participar en su lengua si está entre las 24 oficiales de la UE y la plataforma traducirá cada mensaje al resto de lenguas. En el caso de las lenguas no oficiales de la UE, como son las cooficiales de España, la interpretación debe “proveerla y financiarla” el país interesado.
En marzo, el secretario de Estado para la UE del Gobierno de España, Juan González-Barba, defendió que se puedan utilizar el resto de lenguas cooficiales españolas, además del castellano y adelantó que “al menos, en la participación y la contribución se podrá usar el catalán, el euskera y el gallego, aunque sin traducción.
Aun sin registrarse, acceder a la web permite leer las opiniones de otros usuarios, consultar el mapa de eventos y apuntarse a eventos en línea o en persona. Entre todos los debates y propuestas se seleccionarán algunas, que las instituciones europeas prometen “tener en cuenta” en los futuros debates políticos.