El Gobierno alemán y los poderes regionales apremiaron hoy a los ciudadanos a renunciar a toda fiesta privada y a limitar al máximo los contactos, informó la canciller Angela Merkel, al término de su reunión con los líderes de los "Länder" -estados federados-.
La idea es que, al menos hasta Navidad, los contactos se limiten a las personas con las que se convive, ampliables, como máximo, a las de otro hogar, que debe ser siempre el mismo. Esto incluye a los niños y adolescentes, que en sus horas libres deberán encontrarse solo con un único amigo fijo.
"Todo contacto que se evite irá en beneficio de la lucha contra la pandemia", indicó la canciller, quien insistió en la demanda a la población de evitar todo desplazamiento o viaje -sea en el país o al extranjero- que no sea imprescindible.
La líder alemana anunció, además, una nueva reunión con los líderes regionales la próxima semana, de la que deberá surgir un nuevo "concepto general" de larga duración para lograr el objetivo de rebajar de forma consolidada las nuevas infecciones.
El objetivo prioritario del Gobierno es mantener la actividad escolar. Para hacerlo posible, se propone extender la obligatoriedad de la mascarilla a todos los alumnos mayores de doce años y para el profesorado, las clases presenciales en grupos cerrados y su división en subgrupos.
La reunión se concentró, a falta de consenso para la propuesta de Merkel, en hacer una evaluación de lo conseguido en las últimas dos semanas; es decir, desde que entraron en vigor las restricciones actuales, consistentes en el cierre de la gastronomía, el ocio nocturno, el deporte en sitios cerrados y la vida cultural durante al menos todo noviembre.
Merkel ha insistido estos días en que, pese a haberse ralentizado el ascenso de nuevos contagios, el invierno se prevé duro. Se cuenta con cuatro meses de restricciones, aunque tal vez a un nivel inferior a las actuales.
La esperanza está depositada al inicio de la vacunación, previsiblemente ya entrado 2021, para lograr una superación gradual de la pandemia.
Las autoridades sanitarias alemanas contabilizaron 10.824 nuevos contagios en las últimas 24 horas, lejos del nuevo máximo diario de 23.542 del pasado viernes, lo que se atribuye al hecho de que no todos los estados federados comunican sus datos el fin de semana.
No obstante, el lunes de la semana pasada la cifra de nuevos contagios ascendía a 13.363, unos 2.500 más que hoy, lo que refuerza los indicios de una ralentización de las infecciones. Según datos del Instituto Robert Koch (RKI), los positivos contabilizados desde el inicio de la pandemia se sitúan en 801.327, con 12.547 víctimas mortales, mientras que el número de casos activos se estima en unos 273.600.
La incidencia a partir de la cual se considera, de acuerdo a los criterios del RKI, que se entra en zona de riesgo son los 50 casos por 100.000 habitantes en siete días. Actualmente, la media nacional está en 143 casos por ese cómputo de habitantes y margen temporal.