Dublín - Después de tres años de parálisis política en Irlanda del Norte, los partidos del territorio irlandés bajo soberanía británica han aceptado un acuerdo para restaurar el Gobierno de poder compartido, que se enfrenta a retos como el Brexit o las demandas por la reunificación de Irlanda. El pacto ha sido posible tras casi nueve meses de intensos contactos de Londres y Dublín con las formaciones norirlandesas, que han dado su visto bueno a las propuestas presentadas en un documento titulado Nueva Década, Nuevo Enfoque. Ese texto aporta soluciones en cinco áreas clave de la gobernabilidad, las cuales ayudarán a limar las diferencias que mantienen el Partido Democrático Unionista (DUP) y el Sinn Féin, principales representantes de sus respectivas comunidades, la protestante y la católica.
El ministro británico para Irlanda del Norte, Julian Smith, y el viceprimer ministro irlandés, Simon Coveney, consideran que sus propuestas sientan las bases para poder formar un Ejecutivo autónomo duradero.
Coveney explicó ayer que el acuerdo contempla la aplicación de medidas encaminadas a mejorar “la transparencia” del futuro Gobierno, reforzar los “códigos de conducta” de sus dirigentes y eliminar la posibilidad de que un partido pueda vetar ciertas leyes.
Sin embargo, el asunto más delicado en estas conversaciones, resuelto con éxito, ha sido, recordó Coveney, el de la lengua gaélica, defendida con uñas y dientes por el Sinn Féin, antiguo brazo político del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA).
Los nacionalistas querían que se redactase una ley específica para proteger el idioma autóctono irlandés, mientras los unionistas preferían incluir este asunto en una legislación cultural más general, que contemplase también aspectos relacionados con la identidad protestante.
Al final, han aceptado la inclusión en la Ley general de Irlanda del Norte -en vigor desde la firma de los acuerdos de paz de 1998- de tres nuevas piezas legislativas para abordar la cuestión cultural, entre las que figura una sola para el tema del gaélico. De esta manera, cualquier Ministerio del nuevo Gobierno podrá hacer uso de una unidad especial establecida para facilitar la gestión de asuntos en gaélico o la lengua propia de los unionistas, el “escocés del Ulster”. Asimismo, las sesiones de la Asamblea autónoma norirlandesa podrán desarrollarse en esos dos idiomas o en inglés, con traducciones simultáneas como las previstas, por ejemplo, en las instituciones de la Unión Europea (UE).
La líder del DUP, Arlene Foster, celebró que el acuerdo reconoce que en Irlanda del Norte hay gente con “identidad irlandesa” y otra con “identidad británica”, sin “necesidad de situar a una por encima de la otra”. “Estamos listos para regresar a la Asamblea”, recalcó la líder unionista.