Sobral entrega el premio a la canción “horrible” de Israel

Donostia - Si antes lo dice, antes ocurre. Salvador Sobral, el ganador del pasado año de Eurovisión que se llevó el premio hasta Portugal, solo opinó sobre una canción de este año, la gran favorita del certamen: Israel. “Es una canción horrible”, aseguró apenas unos días antes de la final sobre Toy, el tema interpretado por Netta Barzilai, gran favorito en las apuestas y popularizado como la canción de la gallina. Y el sábado ganó y se produjo el momento tenso, de apenas unos segundos, en el que Sobral -que abandonó el escenario a la velocidad del vértigo- entregó el gran premio a esa canción tan “horrible” que un día Youtube le obligó a escuchar. Con 520 puntos, Israel se impuso sobre Chipre (436 puntos), y su tan sensual como comercial tema Fuego, que había entrado en la terna de las apuestas en los últimos días. Se trata de la cuarta victoria de Israel en Eurovisión, tras las logradas en 1978, 1979 y 1998. El intento de Sobral de cambiar el festival con su Amar pelos dois, con una actuación intimista rotundamente opuesta al sonido comercial, el artificio y el frikismo que se ha convertido en marca en Eurovisión, no duró más de un año y el célebre festival de la canción volvió a las andadas en una ceremonia que se olvidó, por primera vez de las grandes pantallas leds para fijar su atención en los cantantes, aunque muchos países optaron por llevar sus propios cachivaches a escena para ganar en espectacularidad y llamar la atención.

Era la primera vez que el certamen se celebraba en Portugal y, pese a que por lo general el país anfitrión suele salir muy bien parado en las puntuaciones, a Portugal no le ocurrió lo mismo y el bonito tema de Cláudia Pascoal, se quedó en un inmerecido último puesto, con solo 39 puntos.

Atendiendo únicamente al jurado el ganador hubiera sido Austria, que dio así la sorpresa, mientras que otros temas de calidad como el italiano quedaba rezagado en los últimos puestos con España. Finalmente el televoto aupó a Italia y dio la victoria a la “horrible” canción de la gallina de Israel.