Vitoria. Un prestigioso ginecólogo que decide llevar a cabo en su consulta una siniestra actividad lucrativa y una religiosa determinada a salvar a aquellos niños nacidos fuera del seno del matrimonio ponen en marcha una oscura trama de adopciones ilegales.

Sus historias y las de sus víctimas, mujeres que afrontaron sus embarazos en solitario y bebés que crecieron con otra identidad, conforman el eje argumental de Niños robados, miniserie que Telecinco ofrecerá en dos capítulos hoy y mañana en horario de máxima audiencia. Dirigida por Salvador Calvo -también a cargo de otras miniseries como Paquirri, La Duquesa I y II, Mario Conde, los días de gloria-, la miniserie aborda los casos de dos jóvenes chicas solteras, una tipología entre las múltiples variantes de robos de bebés que tuvieron lugar en España durante décadas.

Aclamados intérpretes nacionales protagonizan esta producción dramática, como Blanca Portillo, Adriana Ugarte y Macarena García, entre otros, que conforman el prestigioso y experimentado reparto que el director requería. "Niños robados es una historia de personajes que pasan por momentos muy duros a nivel emocional . Para contar esta historia, hemos centrado la atención en la creación de esos personajes, por lo que era esencial contar con un gran reparto", explicó Calvo en una nota de prensa. Para la promoción de este espacio, Tele 5 se valió el lunes de una estrategia de preestreno simultáneo en todos sus canales, que consiguió llegar a 4.245.000 espectadores y un 34,1% de audiencia acumulada. El antiguo Hospital Puerta de Hierro y el IES Cardenal Cisneros de Madrid son algunos escenarios naturales en los que se ha rodado la ficción.

Niños robados se enmarca en los años 70 y se centra en la historia de dos mujeres que afrontaron en solitario sus embarazos, que perdieron a sus bebés trágicamente y que años después recuperarán la esperanza que creían perdida cuando una joven a quien no conocen les revela lo que realmente sucedió el día en el que dieron a luz.

En una nota de prensa, el director, describió que el tratamiento del tema fue para él un rompecabezas: "Uno de los principales retos ha sido tratar estos hechos de la manea más objetiva posible y sin caer en una crítica fácil a las instituciones involucradas".