MADRID. Durante tres minutos y medio, una cantidad innumerable de imágenes se van sucediendo para explicar al espectador cronológicamente la trama de la serie. Así, podemos ver como hace ocho años, un asesino en serie mata a una joven estudiante en presencia de su compañera de piso.
Los años pasan y el asesino, James Purefoy (Roma), escapa de la cárcel. Es ahí cuando entra Kevin Bacon, un exagente del FBI, que, según se puede ver en las imágenes, abandona la botella de whisky por una de agua para volver a retomar el caso.
Durante los siguientes minutos podemos ver a una aterrorizada Maggie Grace (la caprichosa Shannon de Perdidos) reviviendo su pesadilla al saber por boca del agente interpretado por Bacon que el asesino de su compañera ha escapado.
A partir de aquí todo son imágenes de escenas criminales y víctimas perturbadas a las que Bacon intenta ayudar dando caza de nuevo a este asesino, que, como curiosidad, basa sus crímenes en obras de Edgar Allan Poe.