LOS ANGELES. ºSegún informa Twitch, a Stewart le han ofrecido el papel de Kei, el interés amoroso de Kaneda, uno de los protagonistas principales de la historia líder de una banda de motoristas. Un papel para el que había sonado el nombre de Keira Knightley, pero que ahora Warner Bros. y Appian Way, la productora de Leonardo DiCaprio, han ofrecido a la protagonista de La Saga Crepúsculo.
De llegar a buen puerto estas conversaciones Stewart entraría a formar parte de un elenco en el que posiblemente estarán -aunque todavía no hay nada confirmado oficialmente- Gary Oldman, que dará vida a el personaje conocido como El Coronel; Garrett Hedlund, que interpretará a Kaneda; y Helena Bonham Carter, que encarnará a Lady Miyako.
AKIRA, UNA OBRA MÍTICA
Estrenada en 1988, la historia de Akira nos traslada hasta el año 2019, hasta Neo-Tokyo, una ciudad construida sobre la antigua capital japonesa destruida tras la Tercera Guerra Mundial. Una ciudad opresiva y acuciada por la violencia, las drogas y el terrorismo donde surge el mito de Akira, el poseedor de la energía absoluta que puede traer la esperanza a un mundo desolado.
Akira fue un hito en el mundo de la animación, amén de una auténtica superproducción para la época con aspiraciones universales. No en vano esta cinta manga costó 7 millones de dólares, cifra mareante para un film de dibujos animados.
Su oscura y apocalíptica historia logró ir más allá de los círculos de los fans del manga, encandilando al millones de espectadores en todo el mundo, que de su mano hicieron su primera incursión en la animación japonesa. Una obra clave de referencia, no solo para el manga, sino para todo el género de la ciencia-ficción.
Su adaptación a la gran pantalla con una película de acción real es un proyecto que lleva ya varios años intentando salir adelante y que ahora, con el empuje de la productora de DiCaprio y un gigante como Warner detrás, parece que se convertirá en realidad.
Akira, cuenta con un presupuesto de 90 millones de dólares y con un guión cuya última versión corre a cargo de Steve Kloves, el hombre que convirtió en libretos las novelas de Harry Potter de J.K. Rowling.