PASAN los años y lo que no cambia es la percepción relacionada con la alegría que desprende la cocacola. Ahora se despachan con un anuncio para televisión en el que dan por zanjada la incertidumbre de estos tiempos de crisis para instalarnos en la mismísima Navidad. El sistema desde luego no funciona si en estas fechas echamos el cierre a la cartera y nos volvemos cartujos. Todo gira en torno al comercio y hacer regalos es una obligación como en otros tiempos pudo ser ir a misa o la abstinencia. Caso contrario publicitariamente es el de Peta. Esta asociación en defensa de los animales ha utilizado una mujer desnuda, nada más y nada menos que Joanna Kupra: una chica Playboy que apenas cubre sus partes con un crucifijo. En el anuncio se lee: "Sé un ángel para los animales. Siempre adopta. Nunca compres". No pensarán lo mismo los criadores de perros. Y menos en estas fechas en las que todo está permitido regalar, sobre todo esos perfumes que anuncian modelos de belleza imposible y acento francés. Lo cierto es que comenzamos el fragor del reclamo y la televisión es un chisme que nos recuerda a todas horas las mil y una oportunidades. Al espectador se le convierte más que nunca en un consumidor compulsivo. En navidades todo se resiente. La programación está condicionada por la publicidad y por esos capítulos insoportables y repetitivos en los que se trata una y mil veces la hipócrita navideña. Así que antes de seguir dando la nota negativa, prefiero desaparecer. Ahí les va una despedida inspirada en Antonio Gasset, el añorado presentador de Días de cine ya jubilado: que me voy estos días en busca de lecturas gratificantes, series grabadas y nunca vistas y películas fuera de cartelera que se quedaron sin ser vistas por las prisas. Así que ya nos veremos cuando tantos regalos hagan más dura la cuesta de enero.
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