Es algo que muchas personas damos por seguro: la capacidad de oír. No lo valoramos hasta que nos damos cuenta de que dejamos de entender conversaciones, no oímos claramente el timbre del portal o no escuchamos el claxon de un coche. Evitar la pérdida de audición depende, en parte, de los hábitos que tengamos. Según la OMS, una de cada cuatro personas en el mundo presentará problemas auditivos en 2050.

La amenaza de los ruidos fuertes

En 2022, la OMS lanzó ya una advertencia: si no se cambian los umbrales de tolerancia del ruido, mil millones de personas entre 12 y 35 años podrían perder la audición.

La exposición a ruidos fuertes, ya sea en el trabajo, en actividades recreativas o incluso en el hogar, puede causar daños irreversibles en la audición. El uso prolongado y a alto volumen de audífonos es uno de los factores de riesgo más comunes. Además, ciertas enfermedades como la diabetes, la hipertensión y algunas infecciones pueden afectar negativamente la audición si no se manejan adecuadamente. Y en el caso de menores, la rubéola y otras enfermedades también pueden provocar hipoacusia.

Otro peligro es la automedicación. Algunos medicamentos, incluidos ciertos antibióticos y quimioterápicos, pueden dañar el oído interno. Por eso, es crucial consultar a un médico antes de tomar cualquier medicamento.

Recomendaciones

Empecemos por limitar la exposición a ruidos fuertes. En ambientes ruidosos, como conciertos o lugares de trabajo, se deben usar protectores auditivos. 

Evita el uso de bastoncillos para los oídos o introducir objetos en el oído. Lo más habitual es que estos objetos empujen la cerilla hacia adentro y puedan provocar tapones de cera. Es mejor limpiar los oídos con agua y jabón durante la ducha y dejar que el oído se autolimpie.

Si acudimos a revisión de la vista o la hipertensión, lo mismo deberíamos hacer con el oído, especialmente si trabajamos en entornos ruidosos o tenemos síntomas de pérdida auditiva. Las evaluaciones auditivas desde la infancia pueden ayudar a detectar una hipoacusia temprana y que esta no perjudique el desarrollo del lenguaje.

Pareja de ancianos hablando Leslie Lauren - Getty Images

Llevar un control de enfermedades, como la diabetes o la hipertensión, que son factores de riesgo para desarrollar pérdida auditiva o tinnitus (acúfenos). Además, tratar resfriados y otras infecciones adecuadamente puede prevenir complicaciones auditivas.

Pero la primera recomendación, y quizá la más importante, especialmente para la gente joven, es limitar el uso de audífonos y mantener el volumen a niveles moderados. El número de personas relativamente jóvenes con problemas de audición se está incrementando. 

La hipoacusia (pérdida de audición) puede ser en parte reversible si se detecta a tiempo. En caso de no prestar atención a los síntomas, o no poner remedio a las causas, terminará en una perdida de audición irreversible