Hace un año acabábamos de salir de un periodo de confinamiento extremo que nos llevó a estar encerrados en nuestros hogares desde el 15 de marzo de 2020 al 11 de mayo, cuando comenzó la desescalada progresiva que culminaría a mediados de junio. Durante ese tiempo se puso en evidencia la importancia de tener espacios abiertos en los domicilios. Balcones, terrazas y jardines adquirieron un protagonismo que hasta ahora en numerosas ocasiones arquitectos/as olvidaban cuando diseñaban edificios o viviendas. Durante esa época quienes gozaban del privilegio de tener estos espacios lo convirtieron en refugios en los que respirar aire libre, refugios e, incluso, lugares de reivindicación y encuentro con el resto de personas que rodeaban sus domicilios.

Por este motivo, en el Decreto de Habitabilidad que está tramitando el Gobierno Vasco se recoge esta importancia. Este mes el Consejo Económico y Social Vasco ha dado su visto bueno a este decreto elaborado por la consejería de Vivienda, que está a expensas de los últimos informes antes de ser aprobado por el Consejo de Gobierno en los próximos meses.

La norma determinará las condiciones mínimas que debe cumplir la vivienda en Euskadi en las próximas décadas "para garantizar que sean dignos, adecuados y accesibles". El texto también determina las normas de diseño que deben respetar las viviendas de protección pública a efectos de su calificación. Así, las viviendas que se construyan en el País Vasco deberán tener una superficie mínima de 35 metros cuadrados, con habitaciones de al menos 10 metros y únicamente la tercera habitación podría contar con 8,5 metros, siempre y cuando se incorporen tres metros extra a la sala. La superficie mínima de las cocinas será de siete metros cuadrados, como se exige en la actualidad en las viviendas de protección oficial, y se establece que debe estar conectada o ser contigua al comedor o la sala de esta. Será obligatorio que cuenten con una terraza o balcón con una superficie de al menos cuatro metros cuadrados y con metro y medio de fondo. Para favorecer su disposición, este espacio no computará en la edificabilidad de la vivienda. Estas condiciones serán preceptivas para las viviendas de obra nueva y también para las que se sometan a una rehabilitación.

AYUDAS

Con la idea de que la mayoría de viviendas posibles tengan un balcón o terraza, desde el Gobierno Vasco ya se comenzaron a tomar medidas en su Plan Renove Integral de rehabilitación de inmuebles construidos antes de 1980 que en 2020 incluyó, por primera vez, una ayuda para crear o ampliar balcones o terrazas, si las ordenanzas municipales y las condiciones físicas del edificio lo permiten. La ayuda máxima era de 5.000 euros por vivienda, a razón de 1.000 euros por metro cuadrado ampliado.

Podían beneficiarse de estas ayudas las comunidades de propietarios de edificios residenciales que conformaban manzanas de seis viviendas como mínimo, o conjuntos residenciales que incluían al menos un lado de la manzana edificada y contaban con seis o más viviendas. La cuantía máxima de la subvención para proyectos de rehabilitación integral (eficiencia energética, accesibilidad, seguridad y habitabilidad exterior) fue de 25.000 euros por vivienda por norma general. Se prevé que, como mínimo, estas partidas se mantengan este año.