Kepa Junkera: “Las limitaciones también son creativas; no hay que tener miedo”Becky Holladay
Kepa Junkera es una entidad propia en la música vasca. Ha recorrido escenarios de todo el mundo tocando su trikitixa, acercando la tradición a nuevos públicos, haciendo de un lenguaje universal, como es la música, el nexo de unión entre una infinidad de artistas, aromas, tintes y culturas muy diversas. Su pasión por la música, se remonta a su niñez en Rekalde; ver a su aitite tocar con su vieja pandereta despertó su interés por las melodías populares. Allí, entre las calles de este barrio bilbaino en el que disfrutó su infancia y juventud, se encuentran las raíces de Junkera; un arraigo que le ha acompañado en todo su periplo y que le han definido como artista y persona.
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Acumula más de una treintena de discos -algunos dobles-, varios reconocimientos —entre ellos, un Premio Grammy Latino al Mejor Álbum Folk por K en 2004—, cuatro documentales, dos libros... En 2018, sufrió un ictus que transformó su vida de manera radical. En los últimos años, se ha volcado en su recuperación física y en una intensa reactivación artística, que se ha materializado en el documental ‘Berpiztu’ y el libro con el mismo título, el disco ‘Erromeriak’ y hasta una serie de podcast, ‘Las voces de Kepa Junkera’, en la que gracias a los archivos sonoros de Radio Bilbao se ha podido recrear su voz con inteligencia artificial.
En 2018, sufrió un ictus que transformó su vida de manera radical
La tecnología ha abierto para él nuevas vías de expresión y comunicación, especialmente frente a la afasia que padece tras el ictus: Kepa utiliza WhatsApp para dialogar, adaptándose con fuerza a nuevas formas de interacción.
El próximo 20 de octubre, el compositor recibirá el galardón Raíces en los ‘Hitz Sariak - Premios Palabra’, otorgado por Grupo Noticias con la colaboración del Gobierno Vasco, Iberdrola y Kutxabank. Un reconocimiento que pone en valor ese amor y conexión con la identidad y la herencia de la cultura vasca que el trikitilari ha llevado por todo el mundo.
¿Qué sonidos recuerda de su infancia en Bilbao?
Sobre todo los de cuando volvíamos del monte, camino del Pagasarri. Recuerdo a mi aitite y a sus compañeros tocando los últimos sonidos del día. Siempre me cautivaban su energía, su alegría, su vitalidad… me dibujaban una sonrisa. Ese ritmo era único para mí.
¿Qué fue lo que le enamoró de la trikitixa?
Que era pequeña, manejable, que me hacía sentir libre. Y, sobre todo, que me abría puertas a territorios lejanos.
“Estoy muy agradecido a tantos músicos que siempre me han ayudado y mostrado un respeto máximo”
En sus inicios, ¿le resultó difícil convencer a su familia de que la trikitixa podía ser un instrumento con el que ganarse la vida?
No se trataba de convencer a nadie. Tampoco pensé en un futuro ni en cómo ganarme la vida con ello. Para mí esa llamada no tenía un valor monetario. Decidí hacerlo en silencio. Soy autodidacta, y eso te permite marcar tus tiempos. Ahora agradezco a los que me dejaron sus trikis, porque fueron claves.
Con la trikitixa ha recorrido escenarios de medio mundo, convirtiéndose en embajador de la música popular vasca. ¿Cómo recuerda esos momentos y vivencias tan especiales?
Intenté siempre disfrutar de la oportunidad que me daba la trikitixa. Se convirtió en un vehículo viajero: de sonoro a viajero. Gracias a ella conocí países, culturas, músicos, personas… Una maravilla que me abrió los ojos.
El próximo 20 de octubre va a recibir el reconocimiento Raíces en los Hitz Sariak - Premios Palabra. ¿Qué significa para usted?
Es como si te tocara la lotería sin jugar. Una sensación realmente bonita. Nunca jugué a nada, pero recibir este reconocimiento es mucho. Y aquí, en casa, vale más que el premio gordo.
De izq. a derecha: El disco de oro por ‘Bilbao 00:00h’; el Grammy Latino al Mejor Álbum Folk por K (2004); junto a Fermín Aio en el rodaje de ‘Berpiztu’; la dedicatoria del escritor José Saramago; recibiendo un reconocimiento en Festiletras; y su preciada trikitixa.
Ha trabajado con músicos de muchos estilos y culturas. ¿Cuál es el secreto para entenderse con tantos artistas?
Te voy a contar algo que nunca dije, ni siquiera a mi familia. Como soy de Rekalde y no de otro sitio, esto suele pasar. Probablemente soy el músico del mundo que más ha colaborado con otros y otras artistas. Así que estoy muy agradecido a tantos músicos que siempre me han ayudado y mostrado un respeto máximo. Si hay algún secreto, es ser uno mismo, con defectos y virtudes. Como me dijo el acordeonista gallego Pazos de Merexo, de la Costa da Morte: “Cada uno va a la feria con lo que tiene”. Eso hice siempre. Este soy yo y es lo que hay.
“De la trikitixa me enamoró que era pequeña, manejable, que me hacía sentir libre. Y, sobre todo, que me abría puertas a territorios lejanos”
Precisamente de esas colaboraciones han surgido reconocimientos sinceros hacia usted, con palabras muy bonitas, como las que le dedicó el Premio Nobel de Literatura José Saramago…
Fue un lujo, para mí muy chulo. Para el disco ‘Etxea’, les hice dibujar a todos los colaboradores una casa, en cuadernos japoneses. Estuve con José Saramago en Lisboa y se lo conté; él enseguida lo vio, hizo su dibujo muy rápido y lo acompañó de una frase: “Hay un pueblo músico donde están representados todos los pueblos del mundo, como si fuera una casa común. El arquitecto y albañil de todo esto se llama Kepa”. Después de leerlo, le dije “Obrigado, Jose, pero me siento más albañil”. Uno de Rekalde, contestándole esto a un Premio Nobel… ¡Y me quedé tan ancho!
¿Recuerda alguna colaboración o disco con especial cariño?
Últimamente estoy volviendo a escuchar varios temas diferentes de mis proyectos pasados. Todos tienen algo especial para mí, por lo que no podría elegir. En realidad, son como los hijos: ninguno menos que otro, pero cada uno con algo especial en su esencia.
Han pasado 20 años desde que recibió el Grammy Latino al Mejor Álbum Folk. ¿Cómo lo ve con perspectiva?
Para mí, lo más bonito fue grabarlo en el Teatro Arriaga: un disco doble, con muchos músicos que admiraba, con temas que había ido creando y con un sonido muy especial. Ganar fue una alegría, claro, pero aunque no lo hubiera ganado seguiría igual. Para mí lo importante era el camino.
En 2018 sufrió un ictus que cambió su vida. ¿Cómo se encuentra actualmente?
Como un camaleón: hay que adaptarse y luchar. Es duro no subir al escenario y poder darlo todo, pero es lo que hay. Buscas otros caminos para expresarte, y en eso estoy.
“Es duro no subir al escenario y poder darlo todo, pero es lo que hay. Buscas otros caminos para expresarte, y en eso estoy”
Pese a las dificultades, no se ha quedado quieto; durante estos últimos años ha habido un documental, una serie de podcast, un libro ilustrado… ¿Hay nuevos proyectos a la vista?
Siempre, gracias a tantos amigos. Sin ellos hubiera sido imposible. Fermín Aio y su equipo con el documental ‘Berpiztu’; Joserra, Kerman y Olatz Goikouria con el libro ‘Berpiztu’; también Miren Goikouria, que fue el pegamento de ese proyecto; Begoña Marañón y Jon Egaña de Radio Bilbao, poniendo voz a mis pensamientos; Artakanto, creando imágenes; Norelys Gutierrez, de Nicaragua, un ejemplo de lucha… Como ves, solo sería imposible. Y aún me quedan muchos más por mencionar, perdonadme. Para mí son imprescindibles.
Por curiosidad, ¿qué temas suenan en la playlist de Kepa Junkera?
Suena de todo, incluso suena un tal Kepa (si se enteran mis hijos, me dicen de todo…). En serio, escucho de todo. Y también les pido a ellos que me digan lo que escuchan.
“Ganar el Grammy fue una alegría, pero aunque no lo hubiera ganado seguiría igual. Para mí lo importante era el camino”
Con una trayectoria y legado tan extenso, ¿con qué enseñanza de vida se queda a lo largo de todos estos años?
Me quedo con dos cosas importantes: por una parte, ser tú pase lo que pase. Por otro lado, que las limitaciones también son creativa; no hay que tener miedo.
Lo que dicen de Kepa Junkera
Son muchas las personas, artistas y profesionales que en algún momento de la larga trayectoria de Kepa Junkera han trabajado con él. Destacan de su figura esa pasión por la música que desprende, y el complejo universo musical que ha creado, convirtiéndole en un icono de la música vasca contemporánea. Las personas que le han rodeado o le conocen subrayan del músico autodidacta dos características propias: pasión e innovación.
“El complejo universo musical que Kepa viene creando y ofreciéndonos es algo más que virtuosismo e inspiración. Es fruto de una gran determinación, de una insólita inquietud aparte de una auténtica pasión por la cultura popular”
Ibon Koteron, músico
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“Lo que más admiro es su capacidad creativa de generar ideas y su determinación para llevarlas adelante aunque parezcan locuras”
Olatz Goikouria, diseñadora y coordinadora del trabajo Erromeriak
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“Kepa está siendo un ejemplo de superación para nuestros hijos. Estoy segura de que lo tendrán presente cuando tengan que hacer frente a situaciones difíciles, que a lo largo de la vida no son pocas”
Miren Goikouria, exmujer de Kepa Junkera
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“Cada vez que me llega un WhatsApp de Kepa me alegra el día, saber que está ahí, trabajando en sus ideas. Como el vídeo que grabamos sobre su último trabajo, ‘Kameleoiak’. Paseando en Mundaka, frente a Izaro, “el mar, las olas, el viento” quería mostrar eso que siempre le ha maravillado. Sigue maravillándome a mí con su capacidad de adaptarse a la vida”
Fermín Aio, director del documental ‘Kepa Junkera Berpiztu (Renacer)’