La Audiencia de Barcelona ha archivado la causa por las lesiones oculares que sufrió una joven por un proyectil de foam en una protesta en apoyo al rapero Pablo Hásel, al concluir que siguieron los protocolos y que la chica pudo recibir el impacto al agacharse para coger botellas y tirarlas a los agentes.

Así lo sostiene la sección vigésimo primera de la Audiencia de Barcelona en un auto en el que rechaza el recurso de la víctima y de la asociación pro-derechos humanos Iridia y, siguiendo el criterio de la Fiscalía, la Generalitat y la defensa de los tres mossos investigados -dos escopeteros y el sargento que les ordenó disparar-, confirma el archivo de la causa que acordó en mayo pasado el titular del juzgado de instrucción número 1 de Barcelona.

La Audiencia concluye, a partir de todos los informes que obran en la causa, que la actuación de los agentes que dispararon los proyectiles "se adecuó" a las exigencias que contempla el protocolo policial -que impide disparar apuntando más arriba de la cintura- y que no se ha hallado ningún indicio de que actuaran por acción u omisión consciente para provocar lesiones a la chica.

La chica "omitió" que llevaba en la mano botellas como las que arrojaron a los agentes

Por el contrario, la Audiencia remarca que, pese a que la chica aseguró que no estaba haciendo nada antes de recibir el impacto, "omitió" que, como se ve en algunos vídeos, llevaba en varias ocasiones en la mano botellas de vidrio como las que fueron arrojadas a los mossos y que realizó lanzamientos hacia los agentes.

"Cabe la posibilidad de que al agacharse para aprovisionarse de las botellas para lanzarlas en dirección al cordón policial (así ha sido captada en distintas de las imágenes que obran en la causa por personas absolutamente imparciales) y en los escasos segundos desde que se dispara el proyectil, de forma absolutamente accidental le impactara uno de los proyectiles con los que los operadores apuntaban al abdomen o a las piernas de los manifestantes que efectuaban actos violentos", apunta la sala.

"Lamentablemente se produjo un desgraciado accidente, pero la responsabilidad en su producción, en modo alguno es achacable a la actuación policial", concluye la Audiencia.

A consecuencia de la "gravedad" de los ataques que estaban sufriendo los mossos -recoge el auto-, el jefe del dispositivo autorizó el uso de proyectiles de foam "de manera selectiva" para garantizar la integridad de los agentes y dispersar a los manifestantes violentos, y para repeler el "lanzamiento masivo de objetos contundentes", por lo que seleccionaron a los "individuos que realizaban acciones violentas contra los agentes".