En el abandono de la Iglesia Conciliar por parte de las clarisas de Orduña y Belorado hay una carga mucho más profunda que el conflicto por la compra-venta del monasterio situado en territorio vizcaino. A los términos críticos empleados en el comunicado al referirse al Papa Francisco se suma el Manifiesto Católico difundido por este colectivo. En él dejan claro su “reconocimiento de S.S. Pío XII como último Romano Pontífice”, tras el que llegaron “una sucesión de usurpadores”, en la que incluyen a todos los Papas desde Juan XXIII, que accedió al cargo en 1958, hasta el actual, Jorge Bergoglio.

“Nos van a denominar herejes y cismáticas, locas y muchas cosas más, muy calumniosas y desagradables. No los creáis, al menos por esta vez, que no os engañen”, asumen las monjas en su nota, en la que critican que “desde la Cátedra de Pedro han ido llegando en estos años contradicciones, lenguajes dobles y confusos, ambigüedad, lagunas de doctrina”. Todo ello ha generado en ellas “una duda sobre el que dirige la barca de Pedro y sus inmediatos colaboradores. Una duda que pasado el tiempo se hizo escándalo”. Centradas en el litigio inmobiliario, denuncian haber sido “bloqueadas desde Roma por no querer concedernos licencia de venta del convento de Derio”, un documento que, según critican, “probablemente seguirá en el despacho de Don Mario Iceta y de la Madre Presidenta hasta el fin de los tiempos”.

Sacerdote excomulgado

Tras este conflicto, las clarisas de Orduña y Belorado se sitúan bajo la tutela de Pablo de Rojas Sánchez-Franco. Este sacerdote fue excomulgado en 2019 curiosamente también por el hoy en día arzobipo de Burgos, Mario Iceta, quien por entonces era obispo de Bilbao. De Rojas (1981), natural de Jaén, es el fundador de la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, una agrupación al margen de la Iglesia de Roma. Criado en una familia acomodada, su abuelo fue gobernador civil de Jaén y jefe provincial del Movimiento Nacional durante el franquismo.

En 2008, De Rojas se estableció en Bilbao, donde se hizo consagrar obispo de la corriente thuquista. Esta denominación hace referencia a Pierre Martin Ngo Dinh Thuc, clérigo cismático vietnamita fallecido en 1984 y contrario a los principios del Concilio Vaticano II. Esta rama mantiene lazos con otras como la de los lefebvrianos y la iglesia de El Palmar de Troya, con las que comparten su rechazo a cualquier mínima apertura.

En la capital vizcaina ha llegado a reunir hasta 300 fieles en un piso-capilla de 900 metros cuadrados en plena Gran Vía. Su decreto de excomunión fue leído en las misas dominicales de las parroquias de Bilbao y Zornotza, donde, al parecer, contaba con varias monjas acólitas.