El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Morón de la Frontera (Sevilla) ha ordenado exhumar cinco cuerpos enterrados en el cementerio local después de que un vecino de esta localidad sevillana, de 80 años, haya demandado a 12 miembros de una misma familia de Jaén para poder determinar su filiación y así reclamar una herencia millonaria que hace unos 30 años se calculó en unos 12 millones de euros.

El abogado Fernando Osuna ha indicado a Europa Press que el caso se remonta a 2013 cuando su cliente interpuso la correspondiente demanda para determinar su filiación respecto a "un hombre con un gran patrimonio que dejó embarazada a una mujer a la que repudió cuando nació el bebé". Por boca de su madre, el demandante asegura que siempre supo quién era su padre, pero ahora de lo que se trata es de que legalmente sea reconocido como su hijo a todos los efectos.

Lo cierto es que un procedimiento que debería haber quedado resuelto en poco más de un año, lleva en el juzgado una década debido, según Osuna, a "dilaciones indebidas" y a "problemas en los registros del cementerio para localizar el verdadero cuerpo".

De hecho, en todo este tiempo ya se han llevado a cabo dos exhumaciones anteriores pero ninguna de ellas se correspondía con el fallecido hace 30 años. Tanto es así que "la última vez se exhumó por error a una mujer en vez de los restos óseos de un hombre. Por eso, finalmente, el Juzgado ha optado por ir a lo seguro y ha autorizado cinco exhumaciones en el cementerio de Morón que se corresponden con los hermanos de la persona a la que se está reclamando la filiación.

Todavía no hay fecha para las cinco nuevas exhumaciones, pero, según el abogado, serán "inmediatas", "en cuestión de días". Tanto el Juzgado como la Fiscalía entienden que hay que averiguar la relación de filiación en base al AND de los huesos, además de considerar que el derecho que tiene el supuesto hijo en saber quién es su padre prevalece sobre la intimidad de los familiares de los fallecidos.

Los demandados -once de ellos vecinos de Jaén capital y uno de Villacarrillo (Jaén)- son sobrinos del supuesto padre que hace 30 años falleció sin hijos reconocidos y sin hacer testamento por lo que la sustanciosa herencia fue a parar a sus hermanos y sobrinos. Precisamente ahora, son los descendientes del fallecido los que aparecen como demandados y los que deberán saldar cuentas con el demandante si finalmente las exhumaciones son las correctas y se acaba reconociendo su filiación.