No entra en la definición canónica de ola de calor, pero los 40 °C que se alcanzarán hoy en Araba pueden tener consecuencias igual de perniciosas en nuestro organismo. “Todos podemos estar en riesgo de sufrir un golpe de calor, que puede llegar a ser mortal. Intentemos protegernos”, llama a la precaución la directora de Salud Pública del Gobierno Vasco, Itziar Larizgoitia.

Ante la especial incidencia que las temperaturas van a tener estos días en Vitoria se recomienda seguir una serie de consejos básicos

Será una jornada tórrida no solo en Álava, sino en toda Euskadi, incluso en la costa. Este episodio, que afortunadamente solo se prolongará durante un día (mañana está previsto que desciendan de nuevo los termómetros) está provocado por la elevada insolación y las altas presiones reinantes, a las que se sumará la llegada de aire muy cálido de origen africano, empujado por el viento del sureste.

Las temperaturas máximas podrían rondar los 34°C en el litoral, los 39 °C en la zona cantábrica interior y superar los 40° en el eje del Ebro y en la zona de transición.

Álava podría superar los 40 °C

En Vitoria, Euskalmet prevé una máxima de 41 °C, al igual que Aemet, que prevé que la capital alavesa alcance esa cota sobre las 16.00 horas de hoy. Y lo que resulta aún más llamativo, Aemet prevé que Vitoria despida a Celedón con 27 °C a la 01.00 de la madrugada del jueves. Habrá que esperar hasta bien entrada la madrugada para que los termómetros gasteiztarras bajen de los 20 °C.

En otros puntos del territorio alavés el calor será igual de sofocante a lo largo de la jornada de hoy. Por ejemplo, en Laguardia se espera una máxima de 39 °C, y de hasta 41 °C en Labastida; en Amurrio, se podrían alcanzar los 42 °C a primera hora de la tarde según Aemet, al igual que en Laudio.

Un hombre pasea con su perro en el entorno de Gasteiz. | FOTO: EFE 2 A. Atxutegi / M. González

También en Montaña Alavesa se moverán en parámetros similares, con previsiones de hasta 42 °C en Kanpezu y 39 °C en Maeztu. En Iruña Oka, los termómetros podrían alcanzar hasta 41 °C, igual que en Agurain; en Legutio o en Aramaio, el mercurio se espera que alcance los 39 °C.

Habrá que esperar al jueves para tomarse un respiro. Ese día, la entrada de viento de componente norte hará que las temperaturas máximas serán significativamente inferiores, con valores de 26 grados en el litoral y entre 29 y 33 en el interior.

Episodio breve

Para que un episodio de temperaturas extremas pueda considerarse ola de calor, este debe prolongarse al menos tres días. No es el caso en esta ocasión. “Va a ser un episodio extremo más o menos corto, de 24 horas, dentro de una ola de calor más amplia que sí se está produciendo en la península pero que no nos va a afectar tanto. Su problema es que no permiten que el organismo se refresque y mantenga su temperatura, por ejemplo, con una bajada de los termómetros por la noche”, explica Larizgoitia.

Y es que es precisamente ese termostato interno que todos los organismos tienen el que entraña el mayor riesgo ante las temperaturas extremas. No es solo que sudemos en exceso, perdiendo mucha agua y electrolitos esenciales para la vida –una deshidratación en toda regla–, sino que nuestro propio organismo se vuelve incapaz de mantener su temperatura por debajo de los 37 °C.

“Termina por fallar el sistema de regulación térmica del cuerpo; la temperatura corporal sube mucho con el calor que hace en el exterior y el cuerpo no puede controlar esa subida. Es una situación muy grave, mortal en algunas ocasiones. Hay que tener mucho cuidado con la exposición continuada al calor extremo, como puede ser el caso de este miércoles”, advierte la directora de Salud Pública. “Una persona mayor puede sufrir un golpe de calor estando 40 minutos al sol pero también una persona joven, sana, puede sufrir una situación de riesgo si recorre 120 kilómetros en bicicleta a esos 40 °C”.

Grupos de riesgo

Depende mucho de las personas: incluso media hora de exposición al calor (ni siquiera tiene que ser al sol) puede ser excesiva para algunas. Sobre todo en aquellas cuyo sistema de regulación está más limitado: las personas mayores, los niños menores de cuatro años, las mujeres embarazadas, las obesas o con sobrepeso, y las que sufren enfermedades crónicas.

El riesgo también está asociado con la actividad, bien por estar expuestos al sol y el calor durante mucho tiempo, bien porque realizan actividades físicas intensas. “Practicar deportes como correr o andar en bicicleta, o trabajar con esfuerzo físico, de por sí, aumentan la temperatura corporal. Estas personas tienen mayor riesgo de sufrir los efectos perniciosos de la exposición al calor. Es importante que se protejan”, incide.

En imágenes: así soportan los vitorianos el abrasador calor de este viernes Pilar Barco/Jorge Muñoz

Ante una situación de este calibre, las recomendaciones más importantes son mantener un nivel de hidratación suficiente, refrescar el cuerpo y evitar las actividades físicas intensas. “Hay que intentar no estar expuesto al calor o tratar de estarlo lo mínimo posible”, cita en primer lugar la responsable de Salud Pública de Euskadi. “Habrá gente que vaya a la playa o a la piscina; deben procurar ir en las primeras horas del día y es importante que se refresquen en el agua lo máximo posible”.

El líquido que se ingiera, mejor que sea agua –“el alcohol tiene un efecto vasodilatador que hace que se pierda más líquido todavía y tampoco son lo más recomendable las bebidas azucaradas”, apunta Larizgoitia; evitar las comidas grasas; refrescar el cuerpo, por ejemplo, con toallas mojadas, y mantenerse a la sombra completan el listado de consejos.

Y mucho cuidado con el temido golpe de calor. “A veces avisa pero en otras ocasiones puede llegar de repente”, subraya la directora. Una piel y una cabeza muy caliente son señales de alerta; hay que salir del sol y refrescarse. Palpitaciones, dolor de cabeza o mareos empiezan a ser síntomas “preocupantes” y hay que actuar con celeridad porque “el golpe de calor puede llegar muy rápido”. Colocarse a la sombra, refrescar el cuerpo con toallas húmedas y beber agua, no demasiado fría, son los pasos a seguir en esos casos. Y si el pulso se acelera, se pierde el conocimiento o comienzan las náuseas, es imprescindible llamar al 112.