El Consejo General de Enfermería ha expresado su preocupación por el aumento de ahogamientos este año y por ello ha elaborado un decálogo de consejos para frenar estas muertes evitables que pasan por evitar comidas copiosas, el alcohol o tirarse de cabeza y, por contra, elegir lugares vigilados.

Según los datos recopilados por la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo, desde el 1 de enero 233 personas han fallecido en el Estado por ahogamiento en espacios acuáticos.

"Estamos muy preocupados. Asistimos a un elevado número de ahogamientos en ríos, pantanos, piscinas o playas y, en la mayor parte de las ocasiones, estos incidentes mortales pueden evitarse. Por ello, pedimos a las familias que no bajen la guardia y sigan las recomendaciones de los profesionales", ha advertido en un comunicado el presidente del CGE, Florentino Pérez Raya.

Las enfermeras recuerdan que los ahogamientos en zonas de agua son la tercera causa de muerte por traumatismo no intencionado en el mundo y representa el 75%: según la OMS, 236.000 personas mueren cada año por este tipo de accidentes.

No rebajar la vigilancia

Detrás de estos sucesos se encuentran principalmente conductas de riesgo, momentos de relajación en la vigilancia de menores, bañarse en zonas sin vigilancia, el consumo de alcohol y otras drogas cerca o dentro del agua, las condiciones médicas como la epilepsia y los turistas no familiarizados con las particularidades de las aguas locales.

"Además de prevención, la educación es muy importante. Suelen darse casos en los que una persona intentar socorrer a alguien que se está ahogando y en vez de tener una víctima tenemos dos, como ha sucedido en Mallorca con el padre que ha fallecido intentado salvar la vida de su hijo", señala Enfermería.

Consejos

Para evitar en la medida de lo posible estos accidentes, el CGE recomienda familiarizarse con la piscina y no nadar por encima de las posibilidades de uno.

Hay que evitar tirarse de cabeza e ingerir alcohol o comidas muy pesadas y procurar elegir zonas vigiladas para nadar en playas y piscinas.

Si son privadas, lo aconsejable es poner vallas con cerrojos; siempre hay que vigilar a los menores y no dejarlos nunca al cuidado de otro y formar al entorno en rescate seguro y reanimación, así como que todos los niños en edad escolar aprendan a nadar, concluye.