- Azra Shaheen, madre de las dos jóvenes paquistaníes afincadas en Terrassa asesinadas en su país natal presuntamente por familiares y que llegó ayer junto con su hijo menor al aeropuerto barcelonés de El Prat, agradeció la ayuda recibida por su país, en especial del cónsul en Barcelona, y de las autoridades locales. Ambos llegaron a la terminal T1 del aeropuerto barcelonés a las 8.30 horas de la mañana en un vuelo procedente de Pakistán con escala en Abu Dabi.
En una breve declaración antes los medios en la terminal T1 del aeropuerto, Azra Shaheen, visiblemente afectada, dijo: “Estoy agradecida a las autoridades de Pakistán y, sobre todo, al cónsul general y las autoridades de aquí, que han ayudado a que haya podido regresar a Barcelona”. Tanto la madre como su hijo menor no volverán a Terrassa, donde vive el padre de la familia, sino que serán alojados en un piso en Barcelona en el que recibirán protección.
La madre de las víctimas prestó declaración ante los Mossos el pasado jueves por la mañana por vía telemática, puesto que la mujer se encontraba en el país donde se produjeron los crímenes, y en su declaración habría apuntado en la misma dirección que las autoridades paquistaníes, que las hijas viajaron al país asiático engañadas por los familiares, con el objetivo de presionarlas y obligarlas a comenzar los trámites para que sus maridos pudieran viajar a España. Sobre las causas del doble feminicidio, las investigaciones apuntan a que se trata un crimen de honor, puesto que las dos jóvenes querían divorciarse de sus primos tras unos matrimonios forzosos. El cónsul general de Pakistán en Barcelona, Mirza Salam, que recibió a la madre y a su hijo en el propio aeropuerto, dijo que “la policía pakistaní está evaluando las pruebas que han encontrado, que son pruebas muy evidentes y ahora debemos dejar que la justicia responda”.
Mirza Salam, que ha pedido que se preserve la privacidad de la madre y de su familia, recordó que en su país la pena mínima para unos crímenes como estos es de 25 años de prisión. El pasado 20 de mayo en el pueblo de Nothia, en la provincia oriental de Punjab, Aneesa Abbas, de 20 años, y su hermana Arooj Abbas, de 24, habrían sido asesinadas por sus familiares tras solicitar el divorcio de sus maridos y negarse a llevarlos de regreso a la ciudad de Terrassa, donde residían ellas. Las dos jóvenes habían llegado procedentes de España un día antes, y el domingo 22 de mayo la Policía arrestó a seis sospechosos, los maridos de las hermanas, al suegro de Aneesa y también tío Muhammed Hanif, a un hijo de éste, Qasid, y a dos hermanos de las jóvenes, Asfandyar y Shehryar.