- Los ruidos fuertes son una amenaza para la salud y las consecuencias de la contaminación acústica pasan una elevada factura en forma de enfermedades y fallecimientos. Según los datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA), el ruido excesivo causa 12.000 muertes prematuras cada año en Europa y contribuye a 48.000 nuevos casos de cardiopatía isquémica, entre otros efectos nocivos.
Y es que con motivo del Día Internacional de Concienciación contra el Ruido que se celebra hoy, los expertos alertan sobre los riesgos de la exposición a altos niveles de ruido ambiental. De hecho en España, la contaminación acústica provoca más de mil muertes prematuras al año y cuatro mil hospitalizaciones. Asimismo hay más de dos millones de personas que sufren problemas relacionados con el descanso nocturno, según se desprende de un informe elaborado por la AEMA.
Pero fundamentalmente los especialistas ponen el foco en que la pérdida auditiva afectará cada vez más a los jóvenes. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 50% de los adolescentes y jóvenes de países de ingresos medianos y altos están expuestos a niveles de ruido perjudiciales como la escucha de música con auriculares en los dispositivos de audio personales. Hay además otro handicap, cuatro de cada diez padecen problemas debido a la exposición al ruido procedente de los lugares de ocio que frecuentan.
A juicio del audiólogo José Sergio Álvarez, “la simple asistencia a un concierto puede provocar que la persona tenga después una sensación de ensordecimiento o acúfenos. Si después esa exposición es regular y mantenida en el tiempo, se puede generar un daño en las células sensoriales auditivas que puede dar lugar a una pérdida auditiva irreversible”, explica.
Varios ejemplos. En un concierto podemos soportar hasta 100 decibelios, escuchar música con auriculares puede superar los 90 dB y estar en un bar puede alcanzar los 80 dB. Y esos no son, ni mucho menos, los parámetros de calidad acústica que recomienda el Libro Verde de la Comisión Europea, de 1996.
En dicho documento se establece para las áreas de uso residencial un volumen medio de 65 decibelios en los periodos de día y de tarde, y 55 decibelios en el periodo nocturno.
No obstante, estos valores a menudo son pulverizados. Y es que un 39% de los ciudadanos se expone a diario a sonidos atronadores. Porque otra de las fuentes de ruidos intensos es la que tiene que ver con el tráfico de las grandes ciudades o las industrias. Son algunos datos del estudio Escuchar para cambiar el mundo: la importancia de la audición en España realizado por Oticon, que establece que el 27% de las personas que viven en ciudades que tienen entre 50.000 y 200.000 habitantes soportan ruidos muy acusados.
“El ruido procedente de los coches, los aviones o trenes pueden impactar también en nuestra salud auditiva. De hecho el tráfico por carretera es la principal fuente de contaminación acústica en Europa”, señala José Sergio Álvarez.
Oídos bajo presión. Un 40% de los ciudadanos se expone a diario a ruidos fuertes e intensos, el 23% siendo consciente de que no es lo mejor para sus oídos y un 15% sin saber sin les perjudica.
Jóvenes y nivel perjudicial. Además, la mitad de los adolescentes y jóvenes de países de ingresos medianos y altos están expuestos a niveles de ruido perjudiciales como la escucha de música con auriculares.
65 Db
Los objetivos de Calidad Acústica de nuestra legislación se basan en las recomendaciones del Libro Verde de la Comisión Europea que fija para las áreas de uso residencial un volumen de 65 decibelios en los periodos de día y de tarde, y de 55 decibelios en el periodo nocturno.