Con la Atención Primaria puesta contra las cuerdas como consecuencia de la pandemia, un estudio ha revelado hoy que Euskadi no solo es la segunda comunidad que más invierte en la puerta de entrada de la sanidad pública sino que, además, los vascos son los que menos esperan a ser atendidos por un profesional sanitario cuando están en la consulta del ambulatorio.

Así lo constata el informe La Atención Primaria en las comunidades autónomas presentado por la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), que mide la evolución de la financiación y el gasto sanitario, los recursos, la actividad, o la opinión de la ciudadanía sobre este primer nivel asistencial.

Euskadi tiene este año el gasto sanitario global por persona más alto del Estado, 1.984 euros, pero además se sitúa en el segundo lugar del ranking estatal en inversión en Atención Primaria, con 267,84 euros por cada vasco. El gasto promedio en España en 2019 fue de 211 euros, entre los espléndidos 272,48 de Extremadura y los raquíticos 150,08 de Madrid.

DEMORAS EN LAS CITACIONES

En la comparativa, Osakidetza también atesora mejores datos que otros sistemas de salud en las demoras en las citaciones, otro de los caballos de batalla de la Primaria. Así, si el 41% de la ciudadanía estatal recibe su atención después de 48 horas y un 34,7 % tarda más de una semana, “una situación que alcanza valores escandalosos en Cataluña y Valencia”. Sin embargo, en Euskadi, el 45% de los vascos son atendidos después de 48 horas y solo un 7,5% en siete días o más.

Otro tema importante es la cifra de personas que esperan más de una hora en la sala de espera para pasar a la consulta, un tema directamente relacionado con la gestión de las citas y la organización de las urgencias. Este porcentaje se dispara en Madrid con un 36,9% mientras apenas alcanza el 6,6% en Euskadi.

¿Y LA NOTA?, UN NOTABLE ALTO

Así las cosas no es de extrañar que la ciudadanía está satisfecha con el primer nivel asistencial. En concreto, los vascos ponen una notable bastante alto, un 7,55, a la atención que reciben en sus centros de salud.

Pero más alta es todavía la valoración que realizan de los profesionales que allí trabajan. Puntúan con 7,86 los servicios médicos y un 7,98 los de enfermería. Además el 91,2% de los residentes en Euskadi considera que la atención de su médico de familia es muy buena. Y otra vez se sitúa por encima del promedio estatal que es del 87,2%

MAS PACIENTES POR MÉDICO

El primer año de la pandemia se saldó con un aumento de pacientes para los profesionales de la Primaria y creció el número de Tarjetas Sanitarias Individuales (TSI). De esta forma, en medicina de familia en 2020 las ratios oscilan desde los 1.538 enfermos que atiende un médico madrileño por tarjeta, a los 909 en Castilla y León. En concreto, un médico vasco tuvo asignados de media 1.317 pacientes frente a los 1.324 del año anterior.

De hecho, el 37% de los profesionales tiene más de 1.500 tarjetas sanitarias y el dígito se dispara en Baleares y Madrid. Por el contrario, el ratio por pediatra ha descendido de 980 a 967, aunque en este caso es achacable a la disminución de la población infantil.

Las diferencias entre comunidad son muy notables. “Unas diferencias tan importantes generan necesariamente grandes desigualdades en las prestaciones de la AP entre las CC.AA.”, lamenta el portavoz de la FADSP, Marciano Sánchez-Bayle. Especialmente en Madrid, la “más desfinanciada”. Por detrás, “Baleares y Cataluña con una situación también muy mala”.