El Juzgado de Instrucción nº2 de Oviedo ha dictado un auto de prisión provisional, comunicada y sin fianza para el hombre detenido como presunto asesino de una niña de 14 años, el pasado martes, en el edificio en el que ambos residían en la capital asturiana.
Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), se le atribuye un delito de asesinato y otro de agresión sexual en grado de tentativa, sin perjuicio de que, a lo largo de la instrucción, dicha calificación pudiese modificarse.
La juez, que mantiene secretas las diligencias, se ha desplazado este mediodía al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), en Oviedo -complejo sanitario donde fue derivado tras ser detenido para ser atendido de las lesiones por arma blanca que se autoinfligió después del crimen-, para tomarle declaración en calidad de investigado.
El hombre, del que no constan antecedentes penales pero sí policiales por acosar a varias mujeres, se ha acogido a su derecho a no declarar y la magistrada ha dictado el auto siguiendo el criterio del Ministerio Fiscal, que le atribuyó un delito de asesinato y otro de agresión sexual en grado de tentativa al considerar que existe riesgo de fuga, de destrucción de pruebas y de reiteración delictiva.
Según el TSJA, el traslado al Centro Penitenciario de Asturias se hará efectivo en cuanto sea dado de alta en el hospital.
El hombre fue absuelto el 7 de febrero de 2020 de un delito leve de amenazas y condenado con una multa de 8 euros diarios durante 2 meses por un delito leve de coacciones, una sentencia dictada el 30 de enero de ese año que fue recurrida.
La sentencia de apelación a dicha fallo, dictada por la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Oviedo, rebajó la multa de 8 euros diarios durante 2 meses a 1 mes.
El detenido, de 31 años y sobre el que pesan antecedentes por acosar a varias mujeres, algunas de ellas menores, llevaba apenas tres semanas residiendo en un piso de la primera planta del número 69 de la calle Vázquez de Mella, en el barrio ovetense de Vallobín, donde Erika vivía con su familia, de origen ecuatoriano pero residente en España desde hace décadas, en otra vivienda de la cuarta planta.
El crimen fue cometido el martes cuando la niña regresaba del instituto para comer con su familia que, según relataron algunos vecinos, se alarmó cuando Erika no subió a la vivienda tras haber llamado al telefonillo desde el portal para acceder al inmueble.
Fue uno de los hermanos de Erika el que, al bajar a buscarla, se encontró en el rellano con un reguero de sangre que conducía hacia el interior de un piso de la primera planta en el que residía el detenido.
Tras dar la voz de alarma, varias patrullas de la Policía Nacional se personaron en el lugar para tratar de acceder a la vivienda, a la que los agentes entraron desde el patio interior, según relataron algunos testigos, y hallaron en su interior a la menor tendida en el suelo con varias heridas de arma blanca y también al presunto autor del crimen.
El hombre fue detenido en el mismo lugar como presunto autor de un delito de homicidio y posteriormente trasladado al centro hospitalario para ser atendido de varias heridas que al parecer se habría provocado él mismo tras cometer el crimen.
Por su parte, el cuerpo de la niña presentaba varias heridas de arma blanca, algunas de ellas de carácter defensivo, según apuntaron a Efe fuentes cercanas a la investigación, mientras que en la autopsia realizada en el Instituto de Medicina de Legal no se han observado indicios de agresión sexual, según ha informado la Televisión del Principado (TPA).