Más formadas y más longevas, pero con menores tasas de empleo, sueldos más bajos y menos tiempo para el ocio. El Estado ha escalado hasta el puesto sexto en el Índice Europeo de Igualdad de Género y los indicadores correspondientes a hombres y a mujeres se van acercando, pero la brecha aún persiste en muchas áreas.

En el último ránking del Instituto Europeo de Igualdad de Género (EIGE por sus siglas en inglés), el Estado, con 73,7 puntos, se sitúa por encima de la media de la UE (68 puntos) y solo por detrás de Suecia, Dinamarca, Holanda, Francia y Finlandia.

Sin embargo, no alcanza la media comunitaria cuando se analizan los ingresos económicos de hombres y mujeres o el tiempo que dedican ambos a las tareas domésticas y a los cuidados.

PODER POLÍTICO, PODER ECONÓMICO

En esta legislatura, las mujeres ocupan el 43 % de los escaños del Congreso y el 38 % de los del Senado, porcentajes que se superan en varias comunidades. Las mujeres son mayoría en los parlamentos de Navarra, Galicia y Euskadi.

Todavía no ha habido en el Estado una presidenta del Gobierno, pero en el poder ejecutivo hay ahora catorce ministras, frente a nueve hombres. Cuatro gobiernos autonómicos están liderados por mujeres: Isabel Díaz Ayuso en Madrid, Francina Armengol en Baleares, María Chivite en Navarra y Concha Andreu en La Rioja.

A pesar de que los tres principales ministerios con competencias económicas (Asuntos Económicos, Trabajo y Hacienda) están encabezados por mujeres, el mundo empresarial queda más lejos de la paridad.

Según un informe presentado la pasada semana por la consultora Atrevia junto a la escuela de negocios IESE, las mujeres ocupan solo el 18 % de los puestos en los comités de dirección de las empresas del IBEX 35. Y solo hay dos consejeras delegadas (Cristina Ruiz en Indra y Maria Dolores Dancausa en Bankinter), frente a 32 hombres.

La presencia de mujeres en los consejos de administración ha mejorado, hasta el 33,9 %, aunque solo dos ostentan la presidencia: Ana Patricia Botín en el Santander y Beatriz Corredor en Red Eléctrica. A ellas se unirá en abril Marta Ortega, al frente de Inditex.

LA BRECHA LABORAL: TEMPORALIDAD Y SALARIOS

La tasa de empleo es la proporción de personas que tienen empleo en relación a la población en edad de trabajar y la brecha de género mide la diferencia entre hombres y mujeres. En 2020, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), era de 10,4 puntos, en la media de la UE, pero lejos de la de los países vecinos (Portugal y Francia, 5 y 6,3, respectivamente) y a mucha distancia todavía de los nórdicos.

El empleo de las mujeres en el Estado es, además, diferente al europeo, con más trabajos temporales y menos contratos a tiempo parcial.

Las cifras del INE revelan también el impacto de los hijos en las carreras profesionales de los progenitores. Mientras que la tasa de empleo de los hombres crece según aumenta el número de vástagos, en el caso de las mujeres ocurre a la inversa. Con tres o más hijos, la tasa de empleo femenino no llega al 50 %.

La subida del salario mínimo interprofesional ha contribuido a reducir la brecha salarial, pero ésta persiste.

Con cifras de 2019, los sindicatos alertan de que las mujeres cobran de media 5.250 euros brutos al año menos que los hombres, una diferencia que se explica fundamentalmente por sus peores condiciones laborales (contratos temporales, a tiempo parcial, etc) y por su ocupación en sectores feminizados, de bajo valor añadido y de cuidados, con salarios más bajos.

LA APUESTA POR LA EDUCACIÓN

En 2021, el abandono temprano de la educación (jóvenes de 18 a 24 años que no han completado ni Bachillerato ni FP y no siguen ninguna formación) afectaba al 16,7 % de los hombres, frente al 9,7 % de las mujeres, según los datos del Ministerio de Educación.

En general, son muchas más las chicas que van completando las sucesivas etapas educativas. En la población de 25 a 34 años, el 54,5 % de las mujeres ha alcanzado la educación superior, 11,4 puntos más que los hombres.

CONCILIACIÓN, CUIDADOS Y TIEMPO LIBRE

Las peores notas de el Estado en el índice europeo de igualdad las obtiene cuando se analiza el tiempo dedicado a las tareas domésticas y al cuidado de niños, mayores o dependientes.

El 40 % de las mujeres destinan tiempo a diario a esas funciones, frente al 28 % de los hombres. El 95 % de las personas que optan por trabajar a tiempo parcial por motivo de cuidados son mujeres.

También hay un desequilibrio en el tiempo dedicado al deporte o actividades culturales y de ocio. El 39 % de las mujeres dedican tiempo cada día, o varios días a la semana, porcentaje que se eleva al 45 % en el caso de los hombres.

ESPERANZA DE VIDA

La diferencia en la esperanza de vida al nacer de ambos sexos sigue siendo grande (80,9 años para los hombres y 86,2 para las mujeres), aunque se ha ido reduciendo lentamente en los últimos años.

Según la Encuesta Europea de Salud en el Estado del año 2020, los hombres declaran tener mejor estado de salud que las mujeres. Considerando la población mayor de 15 años, un 79,3% de hombres y un 71,9% de mujeres valoran su estado de salud como muy bueno o bueno.

Los hombres, según esa encuesta, tienen también más autonomía funcional para realizar las actividades básicas de la vida diaria que las mujeres, como alimentarse, sentarse o levantarse, vestirse o asearse.

AGRESORES Y VÍCTIMAS

Según datos correspondientes a 2020, únicamente el 19,5% de las personas condenadas por algún tipo de delito en en el Estado fueron mujeres.

El año pasado 44 mujeres murieron a manos de sus parejas o exparejas. Tan sólo 9 de las víctimas mortales (el 20,9 % del total) habían denunciado a su agresor y únicamente 2 (el 4,7 %) tenían medidas de protección en vigor cuando se produjeron los hechos.

En 2020 fueron 47 las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas. Ese año, el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial contabilizó además siete muertes por "violencia doméstica íntima", en los que la mujer mató a su pareja o expareja, un hombre.