La reforma de la ley del aborto que plantea el Ministerio de Igualdad recoge que todos los hospitales públicos con servicio de ginecología y obstetricia deban contar con profesionales que puedan practicar un aborto y elimina la obligación del periodo obligatorio de reflexión de la mujer, de tres días.

Lo ha anunciado la ministra de Igualdad, Irene Montero, durante su comparecencia en la comisión correspondiente del Congreso, en la que ha indicado que será la mujer la que decida el método de interrupción del embarazo y en el centro de salud le darán toda la información necesaria para tomar la decisión.

Asimismo, las chicas de 16 y 17 años que se queden embarazadas podrán decidir si abortan y no tendrán la necesidad de contar con el consentimiento paterno como recoge la norma actual.

La reforma, según la ministra, apuesta por avanzar en el reconocimiento de un permiso maternal preparto, prevenir y erradicar "la violencia ginecobstétrica", garantizar la salud menstrual y ofrecer educación sexual en todos lo niveles educativos porque "lo necesita la infancia y la adolescencia".