Tomar potes de pie, o acodados en la barra, acudir a un pub sin que te obliguen a salir a la una de la madrugada, o sentarse en una mesa de un restaurante sin contar el número de comensales.
Una cierta sensación de libertad invade a los vascos ya que Euskadi afronta desde este lunes día 14 la era postcovid sin ninguna restricción, salvo las mascarillas en interiores. Superado el pico de contagios de la sexta ola, las autoridades sanitarias han decidido encarar la nueva fase de la pandemia sin vetos ni limitaciones, pero eso sí manteniendo el virus a raya.
"El criterio general se orienta a una etapa sin restricciones normativas y con medidas generales de prevención y autorresponsabilidad individual y colectiva", indicó el jueves el lehendakari Iñigo Urkullu tras cerrar el último LABI, ya que también ha decaído la emergencia sanitaria.
¿DAR CARPETAZO A LA PANDEMIA?
Dar carpetazo al estado de pandemia es el debate que comienza a abrirse en Europa. Bajo esta etapa, el coronavirus será tratado como una enfermedad predecible, que registrará picos en las épocas más frías del año. Eso sí estará permanentemente en el radar de Salud para evitar que vuelva a descontrolarse y a colapsar los servicios sanitarios.
Porque delta y ómicron dinamitaron todos los planes. La irrupción de la variante india a comienzos del verano, cuando la pandemia parecía controlada, y posteriormente de la cepa sudafricana en noviembre, que provocó la mayor oleada de contagios en dos años, ha demostrado, una vez, más la imprevisibilidad con la que se comporta el virus.
La bajada de contagios de las últimas semanas ha llevado a las comunidades a revocar las medidas que mantenían en sus territorios para luchar contra la sexta ola. Las últimas en anunciar el fin de las restricciones han sido Galicia, Euskadi y Nafarroa, que eran las únicas, junto a Murcia, en las que todavía existían límites de aforo y cierre adelantado de los establecimientos.
¿ES MUY IMPORTANTE LA INCIDENCIA?
Y eso que la transmisión comunitaria sigue disparada. De hecho, la tasa de incidencia acumulada alcanzó su pico en Euskadi, el 11 de enero con más de 7.000 casos, mientras que en la actualidad (y a falta de los datos de este lune) rondará los 1.700.
Sin embargo, ni siquiera este valor resulta ahora definitivo. "Ha sido un indicador de gran utilidad para medir el día a día de la pandemia, pero en la situación actual presenta ciertas debilidades, pues la relación entre la incidencia acumulada y el impacto en la salud de las personas y la presión en el sistema asistencial de la enfermedad es diferente", aseguran algunos expertos.
Habiéndose puesto fin al pasaporte covid y a las mascarillas en la calle, ahora solo perdura la mascarilla en interiores. Y pese a considerar prematuro la retirada de las estas protecciones en exteriores, el lehendakari aseguró que "no estamos en contra de eliminar su obligatoriedad, pero creemos que en exteriores también se dan circunstancias de riesgo que deben ser contempladas".
También lo ha dicho la Organización Mundial de la Salud (OMS). En su opinión, "la situación actual de Europa frente al virus es única por las altas tasas de población vacunada e infectada, la menor severidad de ómicron y la estacionalidad". Pero, por otro lado, "es pronto para levantar todas las restricciones y dar por finalizada la lucha contra el virus"