URA acometerá 101 millones de euros en inversiones hasta 2027 para reducir en un 40 % la población de Euskadi afectada por el riesgo de inundaciones y un 38% los daños económicos potenciales derivados por estos fenómenos.

Estas inversiones han sido dadas a conocer en rueda de prensa celebrada en Gasteiz por la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, la viceconsejera de Sostenibilidad Ambiental, Amaia Barredo, y el director general de la Agencia Vasca del Agua, URA, Antonio Aiz.

En la comparecencia, han expuesto que URA ha reducido en un 18% la población expuesta al riesgo de inundaciones y un 16% de los daños económicos potenciales asociados entre 2015 y 2021 en Euskadi.

En este sentido, han subrayado que el reto marcado por la agencia vasca del agua para el periodo 2022-2027 es reducir un 40% la población afectada a las inundaciones. Ese ha sido el compromiso dado a conocer en la sesión de trabajo mantenida con el equipo técnico que vela por la gestión de las inundaciones en la Agencia Vasca del agua, en la nueva sede central de la Agencia Vasca del Agua en Vitoria-Gasteiz.

El Gobierno vasco, a través de URA, ha invertido 92,6 millones en obras de defensa contra inundaciones entre 2015 y 2021 y, en concreto, destaca la "reducción drástica" de la Inundabilidad logrados en el barrio de Mimetiz en Zalla, en el Ibaizabal a su paso por Galdakao y Basauri, en el río Gobela a su paso por Getxo, en el Oria a su paso por Villabona, en el Urumea a su paso por Martutene y el barrio hernaniarra de Karabel, y en el Zadorra a su paso por el norte de Gasteiz.

Los estudios sobre inundabilidad se realizan con periodos de retorno de 10, 50, 100 y 500 años, de manera que, según han explicado, al considerar un marco temporal mayor en el análisis, la probabilidad de ocurrencia de una inundación es menor, pero los daños potenciales asociados son mayores.

En Euskadi 250.000 personas residen en zonas vulnerables a la inundabilidad, en periodos de retorno de 500 años y el reto, según han insistido, es el de reducir un 40% la población expuesta al riesgo de inundación.

INVERSIONES

En este sentido, URA prevé destinar alrededor de 101 millones hasta 2027 en obras de defensa contra inundaciones, con más de una veintena de de ejecución, para lo que, además ha solicitado fondos al programa Next Generation para poder acelerar e impulsar estas inversiones. Asimismo, permitirán reducir entre un 35% y un 38% los daños económicos potenciales derivados de estas inundaciones.

En total, están previstos ejecutar 24 proyectos, de los que diez serán en Bizkaia (48,5 millones), ocho en Gipuzkoa (33 millones) y seis en Araba (19,4 millones).

En concreto, en Bizkaia, con 48,5 millones, se prevén, entre otros proyectos, la defensa frente a inundaciones en Galindo (12,1 millones), la defensa frente a inundaciones en Basauri (9,1 millones) o el proyecto de defensa contra inundaciones del río Cadagua en Aranguren (siete millone).

En Gipuzkoa, de los 33 millones previstos, la mayor inversión corresponde a una defensa frente a inundaciones de la regata Ziako en Andoain (10 millones) y con 7,3 millones se incluye la defensa ante inundaciones en el Urumea, en el tramo Akarregi-Ergobia.

En Araba, con 19,4 millones, se contemplan, entre otros proyectos, uno dotado con 9,8 millones, para la defensa contra inundaciones del río Zadorra en el Casco urbano de Gasteiz, o los 5,5 millones para una defensa ante inundaciones en Laudio en el casco urbano.

Según han explicado, es necesario hacer "más resiliente" el territorio a los episodios de inundabilidad, a través de una política de ordenación del territorio, de usos del suelo y en consecuencia del urbanismo, que incorporen los riesgos naturales como un elemento fundamental de planificación, gestión y diseño urbanístico.

Según Tapia, es "imprescindible" conciliar la política urbanística y la política hidráulica, y así reducir y evitar los riesgos de inundación.

"FIRME COMPROMISO"

Tapia ha subrayado el "firme compromiso" del Gobierno vasco de reducir el volumen de población afectada y de daños potenciales asociados a las crecidas en Euskadi y, para ello, además de trabajar en la prevención de la extensión del riesgo, se trabaja por "generar escenarios de inversión más ambiciosos en materia de resiliencia ante inundaciones" que permitan aminorar la población expuesta a las crecidas y los daños potenciales asociados, mediante la promoción de nuevas obras de defensa en los cauces.

En este sentido, la consejera ha confirmado que, "por cada euro invertido en obras de defensa frente a inundaciones, se evitan 1,9 euros en coste de daños provocados por las inundaciones".

En la comparecencia, han destacado que la recurrencia y la entidad de las crecidas en Euskadi requieren una gestión "contrastada y solvente" que "parta de entender cómo funciona la dinámica fluvial en el territorio y promueva medidas eficientes, consensuadas y compartidas entre todas las administraciones públicas y población afectada".

Asimismo, han subrayado que es importante la planificación, que se desarrolla a través del PGRI (Plan de Gestión de Riesgo de Inundación), en la que se contemplan las medidas de gestión del riesgo de inundación entre las que destacan, las medidas de prevención (evitar el incremento del riesgo), de resiliencia y protección (defensa de usos vulnerables consolidados expuestos a las crecidas), y de preparación (predicción hidrometeorológica y sistemas de protección civil para cuando llegan las crecidas).

ÚLTIMAS INUNDACIONES

En la rueda de prensa, han recordado tres episodios de inundaciones. En concreto, a finales del pasado mes de noviembre y a principios de diciembre se sucedieron dos episodios sucesivos de inundaciones a lo largo de 21 días de forma generalizada en Euskadi, si bien ciertas cuencas resultaron especialmente afectadas.

Según han indicado, lo "extraordinario" del suceso no fue tanto el periodo de retorno de los caudales punta de cada uno de los episodios, si no la persistencia de la precipitación en el tiempo y el consiguiente volumen acumulado de precipitación registrado, superando ampliamente los valores de precipitación media acumulada registrados durante este siglo.

En concreto, durante los 21 días que duraron ambos episodios se llegaron a alcanzar los 500 l/m 2 de media, un "auténtico récord" de precipitación acumulada en un mes, con picos "muy llamativos" con los 847 l/m 2 en Eskas o los 695 l/m 2 en Añarbe.

Como consecuencia, los días 28 y 29 de noviembre y los días 9 y 10 de diciembre concurrieron inundaciones principalmente en las cuencas cantábricas, además del Zaia, Bayas y el Zadorra en la mediterránea.

En 21 días, el sistema de embalses de Ullibarri registró entradas nunca antes registradas desde la existencia de los embalses (185 Hm), reteniendo la mayor parte, lo que aminoró notablemente la mancha de inundación que se hubiera dado en el Zadorra sin la regulación de los embalses.

En enero las inundaciones se produjeron en la cuenca del río Zadorra después de tres jornadas de precipitaciones que oscilaron entre los 70 l/m 2 y los 139 litros en Otxandio, en la cabecera del río Santa Engracia.