Afincado en Venezuela desde hace 65 años, el jesuita Luis Ugalde fue distinguido ayer por la mañana con el premio de la Fundación Sabino Arana por “su compromiso social y defensa de la justicia”, por, como subraya la Fundación “estar siempre a favor de una sociedad democrática donde la voz de la ciudadanía sea escuchada y respetada”.

En su discurso el sacerdote recordó a Iñigo de Loiola y Francisco Javier, de los que dijo haber aprendido a hermanarse con la humanidad “más allá de toda frontera”.

El premiado sacerdote jesuita también aludió en su discurso en el Teatro Arriaga de Bilbao a sus orígenes en Euskadi, donde aprendió a no rendirse “ante las dificultades, sino vencerlas con trabajo y tenacidad”.

Isabel Alemán, alcaldesa jurado de Amaiur recordó que el monolito fue derribado “para borrar la memoria histórica que representa Amaiur” y valoró que en 1982 se constituyó la asociación Gaztelu Elkartea para recuperar el monumento y su significado.

Asimismo, la alcaldesa destacó que en este siglo “la memoria de nuestro pueblo la basamos en la ciencia y por ello se han acometido las labores arqueológicas y de musealización del castillo y del entorno de Amaiur”.

Asimismo, Alemán quiso destacar en su intervención sobre el escenario del Teatro Arriaga que “debemos conocer la historia de nuestros antepasados para que como pueblo podamos avanzar”, concluyó ante los aplausos de los presentes.

Voz y rostro de los herri kirolak durante décadas, el periodista Luis Mª Bengoa fue reconocido por ser un continuo altavoz “en la defensa y promoción de nuestras raíces”. Por su parte, el periodista pronunció en la gala de los premios de la Fundación Sabino Arana un férreo discurso en defensa del primer sector.

Y es que Luis Mª Bengoa aseguró que “un pueblo tiene que ser autosuficiente, comenzando por el sector primario, básico para la supervivencia, ya que una patria necesita sus propios productos de alimentación”.

Así, el promotor del deporte rural nacido en Otxandio hizo hincapié en que “como lo hicieron nuestros antepasados, con humildad y firmeza con respeto y colaboración hay que proteger nuestro mundo rural”

Seis décadas de historia y un amplio palmarés en el que destacan una copa de Europa, dos ligas Asobal, una Recopa de Europa o una Copa Asobal, entre otros, avalan la contribución del C.D Bidasoa a la proyección y posicionamiento de Irun, Gipuzkoa y Euskadi en el panorama deportivo internacional. Y ese ha sido precisamente el motivo por el que la Fundación Sabino Arana ha querido premiar al club.

El presidente del club, Gurutz Aginagalde, destacó que se trata de un club “del pueblo y a él se debe”, algo que tienen “muy presente en la formación de los niños y niñas”. “Porque más allá de formar posibles jugadores para nuestro primer equipo, nuestra primera obligación es ayudar en la educación que sus familias les dan”, recalcó.

Diez años después de su nacimiento, Basque Culinary Center es ya todo un referente de innovación, formación, investigación y promoción gastronómica.

El proyecto que nació fruto de la alianza entre Mondragon Unibertsitatea y las instituciones vascas ha escalado a una marcha vertiginosa, haciéndose un nombre en el mundo de la gastronomía internacional.

Sin embargo, según declaró ayer su director Joxe M ª Aizeaga tienen aún muchas metas de cara al futuro, entre las que destacan “continuar innovando el ecosistema creado hasta el momento, compartir la experiencia a través de alianzas internacionales, y por último, ampliar el ecosistema y convertirlo en un ente más abierto y global a través del proyecto Gastronomy Open Ecosystem”.

En una semana en la que el buque de Salvamento Aita Mari ha rescatado a 176 personas más en el Mediterráneo, la Asociación fue distinguida por la Fundación Sabino Arana en su XXXIII edición. El premio reconoce así “su incansable y permanente lucha solidaria por los derechos humanos” haciendo visible “la lamentable situación que se vive día a día en el Mediterráneo”.

Machado quiso sin embargo señalar en nombre de la Asociación que “no estamos allí como salvadores”, sino para “denunciar la situación y que lo que está ocurriendo no pase inadvertido”.

Asimismo, finalizó su intervención agradeciendo el “apoyo y fuerza” recibidos por parte de la sociedad y de las instituciones vascas”, deseando que algún día no haga falta que el Aita Mari exista.