Ya es habitual escuchar casos de personas que han dado positivo en coronavirus por segunda vez en pocas semanas. ¿Por qué, si ya he pasado la enfermedad? La respuesta está en el tipo de defensas que tienen las distintas partes de nuestro cuerpo, y aunque el segundo o tercer contagio en pocas semanas sea posible, el haber pasado el virus sí ayuda a evitar los cuadros más graves. Ver dar positivo a personas que ya habían pasado el coronavirus está ocurriendo con ómicron. “Esta variante escapa a los anticuerpos”, explica Félix Zubia, que ofrece una breve clase de Inmunología para explicar cómo “nuestras defensas tienen distintos niveles. Las inmunoglobulinas, que trabajan en las defensas de la nariz, la boca y la garganta, son de tipo A, y ómicron tiene habilidad de escapar de ellos, lo que supone que mucha gente pueda desarrollar una especie de catarro por esta variante”.
Son en gran medida los casos de nuevos positivos que estamos viviendo en personas que en los últimos meses han pasado la enfermedad. “En un segundo nivel están las inmunoglobulinas de tipo G y los linfocitos, en los que tanto las vacunas como el haber pasado la enfermedad antes sí tienen efecto, por lo que esa segunda infección grave no sucederá, aunque sí la primera”.
Zubia aprovecha para recordar la sintomatología de esta variante. “Ómicron, con respecto a las variantes alfa y delta, se reproduce con mucha facilidad en garganta, boca y nariz, donde más se desarrolla y desde donde es más contagiosa, pero no llega tanto a los pulmones, lo que significa que provoca menos neumonías”.
Desde el punto de vista de los síntomas, señala que los principales son el “dolor de cabeza, el malestar corporal y el dolor muscular, con síntomas parecidos a una gripe, sin esa pérdida del sentido del olfato que sí generaban alfa y delta”.
El jefe de servicio de la UCI donostiarra advierte sobre la “duración de la fiebre. Sabemos que es un virus que se reproduce en la garganta, en la nariz o en la boca, que en la mayoría de casos ahí se desarrolla y de ahí desaparece. Podemos tener fiebre durante cuatro o cinco días. Si va más allá, estaremos desarrollando una neumonía. Hay neumonías que son leves también, que nadie se alarme, pero la evolución no es buena. Si se mantiene la fiebre, deberemos preocuparnos, y si tenemos problemas para respirar, tendremos que pedir ayuda de inmediato”.
“Quien tenga un cuadro leve, que beba mucho líquido, que tome paracetamol y un descanso relativo, porque tampoco conviene estar en cama todo el rato, porque la cama termina tragándose al cuerpo”, señala Zubia, que pide a todos aquellos que puedan, “y si el aislamiento lo permite, conviene levantarse y caminar un poco en casa, o acercarse a la ventana”. En esta línea, considera que “quien con estos consejos presente una buena evolución, no necesitaría de ayuda médica, pero sí los grupos de riesgo o las personas de edad, que merecen seguimiento”.
Dos medicamentos son los principales entre quienes no precisan atención médica, el paracetamol y el ibuprofeno, aunque Zubia lanza varias advertencias. “El paracetamol puede ser útil, pero no se puede tomar más de lo que corresponde. Cada pastilla tiene 650 miligramos, por lo que no deberíamos tomar más que una cada ocho horas. El paracetamol perjudica al hígado”.
Y sobre el ibuprofeno, Felix Zubia recuerda que “puede perjudicar al estómago, así que conviene tomarlo siempre después de cada comida. No está indicado para las personas que tengan problemas de riñones, por lo que estas deberían tomar antes paracetamol”.