Los 209 migrantes que viajaban a bordo del que barco Open Arms después de los rescates de los últimos días en el Mediterráneo están desembarcando en el puerto siciliano de Pozzallo (sur ), tras recibir la autorización de las autoridades italianas, informó la organización.
"Desembarco todavía en curso en el porto de Pozzallo para las 209 personas salvadas durante nuestra misión 82", escribió la ONG en sus redes sociales.
El Open Arms ha llevado a cabo tres operaciones de salvamento en los últimos días, todas en aguas de rescate maltesas: en un primer rescate, el pasado sábado, socorrió a 38 personas de una barca a la deriva y el lunes salvó otras dos lanchas que en total transportaban a 181 migrantes.
De esas 219 personas socorridas (151 hombres, 56 menores, todos muy pequeños, y 12 mujeres), diez fueron evacuadas por las autoridades por razones médicas.
Una mujer embarazada de siete meses y su hermano fueron llevados a tierra firme el pasado martes, mientras que ayer la embarcación tuvo que desviarse a Lampedusa para trasladar urgentemente a una niña de 7 años que había "perdido la consciencia probablemente por una crisis epiléptica" junto con sus padres y sus cinco hermanos.
"Esperamos que finalmente puedan vivir en paz y tener la libertad de construir su propio futuro", añadió la ONG, al destacar que el desembarco se ha producido cinco días después del primer rescate.
Ahora, en Pozzallo, los migrantes serán trasladados a uno de los barcos de pasajeros destinados por el Gobierno italiano para que pasen la obligatoria cuarentena antes de ser enviados a centros de acogida en varios puntos del país.
También la tripulación del Open Arms deberá guardar un periodo de cuarentena en el puerto, por lo que en estos momentos no hay barcos de las ONG en el Mediterráneo central.
En un comunicado al término de su misión 82, Open Arms explicó que se ha enfrentado "a una situación compleja y arriesgada: muchísimos avisos de embarcaciones en dificultades recibidas y transmitidas por la ONG Alarm Phone o por los aviones civiles Colibrí y Moonbird a los que siguieron horas de navegación para llegar a los náufragos y prestarles rescate".
"Sin embargo, al llegar a la posición indicada, las embarcaciones desaparecieron en la nada, según los informes de devoluciones (...) como lo confirman los datos de la OIM (Organización Internacional de Migraciones), según los cuales en el último fin de semana fueron interceptadas y rechazadas 1. 000 personas en Libia, un país donde las violaciones de los derechos son constantes y la violencia es un instrumento de extorsión y chantaje", añadió.
Así, la ONG denunció que "el Mediterráneo central se ha convertido de hecho en una tierra en la que no hay ninguna coordinación europea ni ninguna organización naval gubernamental que pueda garantizar la seguridad de quienes se han quedado a la deriva y necesitan ayuda".